Series, cine y pensamientos

Gerardo Santos Bocero
22:20 • 15 feb. 2018

Después de sobrevivir a San Valentín y al Martes Trece, este viernes toca comentar series que se acaban -para volver en un futuro no demasiado cercano-, distopías setenteras, teorías cinéfagas y un breve avance de la próxima semana. Luces, cámara... ¡Acción!
La útima frontera. Esta semana terminó la primera temporada de Star Trek. Discovery y lo más seguro es que tengamos que esperar hasta 2019 para ver nuevos episodios protagonizados por Burnham, Saru, Tilly o Stamets. Hacía mucho tiempo que no seguía una serie semana a semana -con la excepción de Doctor Who- y no ha estado mal esto de esperar siete días o más para conocer el destino de situaciones y personajes. La serie de CBS All Access ha contado, a su vez, con una herramienta estupenda para generar una mayor base de fans: la tertulia semanal After Trek: que un desconocedor del universo trekkie como yo haya disfrutado tanto de la serie como del talk show dice mucho del nuevo rumbo adoptado por la veterana franquicia.
Soylent Green. El pasado fin de semana vi por fin Cuando el destino nos alcance (1973), una de las películas responsables -junto a El planeta de los simios o El último hombre... vivo- de que el nombre de Charlton Heston nos traiga a la mente futuros inciertos y distopías más pertinentes que nunca. Ya conocía el desenlace y, sobre todo, el famoso giro final de la historia -algo que me ha ocurrido, y supongo que no seré el único, con más de un clásico del séptimo arte-, pero ello no me impidió disfrutar de la película o, incluso, emocionarme con alguna escena. Sin ser una obra maestra -la trama criminal no es para tirar cohetes-, sus noventa minutos me ofrecieron un universo infinitamente mejor retratado que el de la reciente Altered Carbon.
El paso del tiempo. El tema daría para una sola columna -¿cuántas veces he dicho esta frase?-, pero no quería dejarlo pasarlo por alto. El caso es que a veces me da por pensar que tal vez mi ‘yo’ de hace veinte años disfrutaría de cintas que hoy encuentro aburridas y bastantes faltas de gracia -algo que últimamente podría aplicar a casi cualquier blockbuster-; y de hecho hay películas que no me disgustaron de pequeño y que ahora no soporto. Pero luego recuerdo que films como Los Vengadores -la de 1998-, Caza legal o Batman y Robin -curiosamente, ¡las tres vistas en el Teatro Cervantes!- me parecieron horribles ya en su momento...
Black Panther. A principios de año aseguré que no estaba entre mis planes acudir al cine a ver la nueva película en solitario de Marvel Studios, pero el destino ha querido cruzar en mi camino un pase matinal este domingo: de modo que en siete días... la comentamos.







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