Con la llegada de la feria nos acordamos de la Plaza Vieja

Juan Torrijos
01:00 • 17 ago. 2017

A primeros de este año nos dijeron que el dos mil diecinueve sería el año de la plaza. Con ilusión se recibía ese titular en la ciudad. En esas fechas estaban también los sueños de algunos ediles del ayuntamiento de la capital con el joven Ramón Fernández a la cabeza: esperaban, confiaban, estaban ilusionados de que las obras que deberían haber estado finalizadas para los juegos del 2005 se les puedan presentar a los ciudadanos de la capital en todo su esplendor en el año 2019. Catorce años después de la fecha anunciada. No nos dicen los populares el mes en que tendrá lugar el acontecimiento, por lo tanto lo mismo puede ser en enero que en diciembre de ese año, es de imaginar que porque ya no se atreven a tanto y prefieren darse un margen de once meses. Hace once años que deberían estar terminadas las obras de la plaza Vieja. ¡Once años! Y aún tenemos que seguir dando dos o tres más de margen para que acaben. ¿Dónde está la ilusión y la confianza del ciudadano ante las promesas de los políticos? El señor ministro confía en que el Ave llegue en el veintitrés ¿Tiene usted, ciudadano que paga los impuestos con los que hacen las obras, esa misma confianza? ¿Está convencido de que en el año 2019 (aunque sea en el mes de diciembre) estarán acabadas las obras de la plaza Vieja y el Bar Bahía de Palma seguirá teniendo las puertas abiertas? Si nos atenemos a las últimas noticias producidas y a las fotos conocidas, pierda la esperanza de que a lo largo del diecinueve estén acabadas las obras de la Plaza Vieja. Nuevas demora en las obras se esperan, veremos cómo nos la venden los señores políticos.
Cuando no es por culpa de la Junta es por el ayuntamiento, cuando no es un dichoso papel al que le falta el visto bueno de algunas de las partes. Un mes de trabajo, seis de paro, y así se han pasado once de años. ¡Once o doce años! ¿Y están convencidos de que en dos o tres van a terminar? Tras los últimos datos que hemos conocido los almerienses nos podemos pasar otros ocho o diez años esperando a que se termine de arreglar la plaza central de la ciudad. ¡Exagerao! Si, si. Ya veremos si es una exageración.
Cuando llegan los días de feria buscamos con nuestra mirada la vieja Plaza de las Cañas y ahí la vemos, en medio de una discusión entre partidos que parece no acabar nunca. ¡Una pena!







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