La revancha

Fermín Bocos
01:00 • 23 may. 2017

En la política como en la guerra, nada puede reemplazar a la victoria. Pedro Sánchez se ha hecho de nuevo con el poder en el PSOE pero esta vez tras vencer a los notables del partido que le habían defenestrado. Ha sido una victoria en la que pocos confiaban. Un triunfo en el que ha tenido un papel capital el afán de revancha. El despecho como carburante de altísimo octanaje.
En términos políticos Sánchez desarrolló un relato que consolaba a las bases: el aparato, los notables del partido, le habían destituido para abrir el camino a la abstención que perpetuaba en el Gobierno a Mariano Rajoy, el presidente corrupto.
No le habían cortado la cabeza por haber perdido en dos ocasiones las elecciones llevando al PSOE a la menor representación parlamentaria de los últimos cuarenta años. No. Era un mensaje simple y fácil de comprar. Una nueva versión de la traición de los fuertes: los barones, los ex presidentes, algunos medios de comunicación, incluso el Ibex 35. Frente a tal acumulación de poder y de poderosos, a la manera de los héroes clásicos -desde Teseo a Robin de Loxley- el joven que inicia a pie el camino de la gloria fue reclutando apoyos entre los humildes del partido; gentes de izquierdas a quienes les resultaba insoportable ver cómo cada día aparecía un nuevo escándalo de corrupción que señalaba al PP, el partido al que el PSOE había devuelto al Gobierno al abstenerse en la investidura de Mariano Rajoy. Le han apoyado aquellos militantes socialistas que observan con impotencia que Podemos quiere arrebatarles el liderazgo de la izquierda. Ahora, tras la victoria, habrá que observar qué quiere hacer Pedro Sánchez con el PSOE. Remodelar el poder en el Grupo Parlamentario; esperar al congreso de junio para pasar factura a los barones que apoyaron a Susana Díaz y disputar la primacía parlamentaria a Podemos, o, por el contrario entrar en tratos con las diferentes izquierdas para, en algún punto del recorrido, armar su propia moción de censura al Gobierno de Mariano Rajoy.
Sánchez no es parlamentario, pero en el trance de una moción de censura, con la Constitución en la mano, nada impediría a su partido presentarle como candidato a la Presidencia del Gobierno. Ante tanta incertidumbre no es descartable que Rajoy esté barruntando convocar nuevas elecciones.


 







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