El ultimo tango de Pérez Navas

Igual que Marlon Brando en su personaje de “El último tango en París”, el senador socialista Juan Carlos Pérez Navas también se abraza a la realidad con premura, pero sin querer conocer detalles, ni nombres, ni nada que le acerque mínimamente a la verdad. Y es que a veces en política uno está a lo que está y las demás circunstancias son como la mantequilla en la tostada: facilitadora, pero no imprescindible. Por eso no extraña que ante la más que justificada inquietud del Equipo de Gobierno Municipal por el futuro del PGOU, cuya actualización sigue sin recibir luz verdiblanca de la Junta de Andalucía, el veterano dirigente socialista se haya limitado salir con la milonga de que lo que le pasa al alcalde es que se cansa muy pronto de esperar. Es decir, que no importa que el crecimiento urbanístico de Almería se siga rigiendo por un documento aprobado en 1998, porque veinte años no son nada. Y aunque aquí cada uno pensará lo que quiera, se me hace difícil creer que durante todo este tiempo los técnicos del Ayuntamiento de Almería no hayan sido capaces de dar con la tecla que complazca plenamente a los señores aprobadores de la Junta del PSOE de Sevilla. Y ahora llámenme soñador, pero creo que si el Ayuntamiento de Almería tuviera otro color político (si, por ejemplo, el señor Pérez Navas fuera el alcalde) el asunto del PGOU estaría ya felizmente resuelto y las dificultades técnicas que siempre aparecen en Sevilla cada vez que se aborda el tema del Plan de Almería estarían felizmente resueltas o camino de resolverse. En todo caso, la falta de voluntad política de la Junta de Andalucía para desbloquear este asunto es tan evidente que convierten en innecesaria esta nueva muestra de aquiescencia  genuflexa (lo que antes llamaban los chelis el “sí bwana”) por parte de un partido socialista almeriense que sabe bien que sus prioridades, sus obediencias y sus intereses están exactamente a 414,8 km de Almería por esa A-92 que trajeron aquí con una década de retraso.