Una pérdida de tiempo

José Luis Sánchez Teruel
23:03 • 15 oct. 2016

El Colegio de Abogados de Almería ha celebrado esta semana su fiesta de Santa Teresa. En el acto de incorporación de nuevos colegiados y de reconocimiento a quienes suman 25 años en la profesión o en el colegio, alguien comentaba que llevar casi un año sin gobierno ha supuesto la no aprobación de muchas normas y por tanto un tiempo de tranquilidad para los profesionales que no han tenido que  reciclarse mucho y estudiar los cambios normativos. A renglón seguido, se afirmaba que esa situación ha supuesto que la sociedad no esté teniendo los cambios normativos que demanda y de lo cual - esto lo añado yo- los resultados electorales son un fiel reflejo. ¿Cuántas normas se podrían haber aprobado o modificado desde diciembre de 2015? En estas últimas semanas, aunque de forma testimonial, hemos tenido varios ejemplos de los cambios que la ausencia de mayoría permiten realizar a los grupos políticos.
El Congreso de los Diputados, a pesar del escaso interés que ha mostrado su presidenta, Ana Pastor, por su funcionamiento, ha sido el escenario de varios debates que pueden haber pasado desapercibidos para la opinión pública pero que han estado a la altura de las demandas de la ciudadanía. En uno de ellos, el pleno del Congreso aprobaba la paralización inmediata del calendario de implantación de la reforma educativa y la derogación tanto del Real Decreto que regula las evaluaciones finales de ESO y Bachillerato como de la LOMCE. 
Esta misma semana, la Comisión de Empleo y Seguridad Social del Congreso aprobaba una Proposición No de Ley del Grupo Socialista en la que se exige al Gobierno en funciones que elimine o reduzca las peonadas requeridas para el subsidio agrario. La actividad parlamentaria sumaba, además, una nueva iniciativa que pretende obtener también el apoyo mayoritario de la Cámara  para revalorizar las pensiones en 2017.
La conclusión que podemos extraer de todo esto es que a pesar de que el gobierno está en funciones, la vida parlamentaria existe, aunque no funcione al ritmo que necesitamos. En ese contexto, el Partido Popular está encantando porque no se materializan los cambios en las políticas que ha aplicado y que tanto dolor han ocasionado, pese a estar ahora en minoría. Y es eso, precisamente –que no tiene mayoría- lo que permite al resto de fuerzas políticas impulsar las medidas que demanda la sociedad, pero que tras nueve meses sin gobierno acumulan un considerable retraso. La legislación está parada y el PP está encantado. Mientras, la sociedad se desespera al ver que no llegan los cambios que son posibles y que están esperando.


 







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