Reivindicación del Neorrealismo

Miguel Ángel Blanco
01:00 • 17 may. 2016

El Neorrealismo tiene plena vigencia en el siglo XXI, sobretodo con esta crisis económica, social y cultural permanente. Como una manera nueva de mirar y de interpretar la realidad, el movimiento del neorrealismo cinematográfico nació y se desarrolló en la Italia de la post-guerra mundial. Al principio con películas que pretendían contar el estado del país, los avatares sufridos por la población para ir desentrañando la realidad de la vida cotidiana. 
De ahí que el Cine-Club de Almería haya programado la reivindicación del Neorrealismo en dos sesiones, en el Teatro Apolo, que ponen en primer plano la importancia del cine clásico, ante la difícil singladura del cine en el siglo XXI. Y lo hace con dos películas clave: Roma, ciudad abierta, de Rossellini (lunes 23), y Ladrón de bicicletas, de Vittorio de Sica (martes 24), dos filmes que mantienen una plena vigencia a tenor de la crisis que ha sometido al mundo cultural en un proceso de desorientación.
El neorrealismo se puso en marcha con la película Roma, ciudad abierta (1945) de Roberto Rossellini y se desarrolló con distintos momentos y planteamientos estéticos hasta principio de los 60. Su influencia en el cine contemporáneo es notoria. Es uno de los movimientos cinematográficos de mayor relevancia en la historia del cine, que consiguió agrupar a maestros y a intelectuales de prestigio: Rossellini, Vittorio de Sica, Luchino Visconti, Fellini, Luigi Zampa, Luigi Comencini, Pietro Germi, Alesandro Blassetti, Alberto Lattuada, G. de Santis, Carlo Lizzani, Renato Castellani, Dino Risi, Mario Monicelli, entre otros. 
Padres intelectuales del neorrealismo están considerados los escritores Cesare Pavese, Cesare Zavattini, Luigi Charini y, con un papel relevante, la revista ‘Cinema’. Incluso, algunos estudiosos sitúan también la influencia del pensamiento de Gramsci. 
En los años 40 y 50, sobre todo, en Italia se vive un gran debate de ideas en torno a las secuelas del fascismo y el futuro del país. Es un debate que va a influir sobre el desarrollo del cine y la visión del arte como utopía. Las películas neorrealistas se convierten en instrumentos de conocimiento, de análisis y de información, aunque no todo el cine que se hace en Italia en estos años está bajo el prisma neorrealista. En ese debate hay que citar a pensadores como Guido de Aristarco o Della Volpe que influyen en la concepción teórica sobre el cine como transmisor de ideas.
En el neorrealismo, ética y estética van juntas. Es un compromiso ante la dramática realidad social. 
El escritor y guionista, fundamental en el norrealismo, Cesare Zavattini (autor de un manifiesto que revisa el neorrealismo) promovió ‘Amore in citta’, película que consta de varias historias breves dirigidas por directores del neorrealismo, y en la que participa, dirigiendo una de las historias, Michelangelo Antonioni, su cine se alejaría ya de esta concepción, aunque sin perderla de vista.
Donde es más notoria la influencia es en el cine español. En esta línea están ‘Surcos’ de Nieves Conde’, ‘Calle Mayor’, ‘Muerte de un ciclista’, ‘Cómicos’ de Bardem; ‘Plácido’ y ‘El verdugo’ de Berlanga; ‘Los golfos’ de Carlos Saura; las películas españolas de Marco Ferreri: ‘El pisito’ y ‘El cochecito’ entre otras películas y directores. Entre las últimas generaciones, ‘Barrio’ de Fernando León lleva indudablemente un eco neorrealista.
El tono neorrealista permanece en el cine, inmerso en el renacer cinematográfico de países emergentes al mundo de la imagen. El neorrealismo está, hoy día, muy presente en películas de directores iraníes, latinoamericanos, orientales, en general, y en todos aquellos en que su mirada se cierne desde la calle hacia la vida de alrededor.


 







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