Plan General: la Junta asfixia a Almería

Juan Megino
01:00 • 12 mar. 2016

En abril de 2011 la Comisión Informativa del Ayuntamiento de Almería, que a la sazón presidía el que esto escribe por delegación del Alcalde, dejó dictaminado para su aprobación provisional por el plenario municipal, el nuevo Plan General, con el voto favorable de la coalición de Gobierno PP-GIAL, siendo miembro de la misma el señor Venzal, que posteriormente pasaría a dirigir Urbanismo de 2011 a 2015. 
Por diversas razones, no bien explicadas en su día, el Alcalde, responsable de confeccionar el Orden del día del Pleno, no lo incluyó en ningún momento para su debate, con lo que las cosas comenzaron a complicarse, debido a la aparición de numerosos cambios normativos en la LOUA (Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía), así como sucesivas confrontaciones electorales, en donde estos temas podían estar presentes, con posicionamientos negativos, más políticos que técnicos.
El trámite del Plan se inició allá por 2004, de obligado cumplimiento para adaptar nuestro planeamiento a las nuevas determinación de la LOUA. El trámite se hizo eterno por la necesidad de emitir gran cantidad de informes sectoriales (alrededor de 40), obligatorios y vinculantes, pero que incumplieron sistemáticamente los plazos de entrega, de un modo nunca justificado, por las Administraciones responsables.


Negociaciones Pese a ello, cuando el Plan se dictamina en 2011, venía precedido  de exhaustivas negociaciones al más alto nivel entre el Ayuntamiento y la Junta, incluidos consejeros y directores generales (cuestión que ahora parece más difícil). En esas negociaciones NUNCA se puso de manifiesto como excusa, para su no aprobación, la disponibilidad de recursos hídricos que garantizaran la viabilidad del Plan previsto. Había sí dos pegas. Una por parte de la Junta  sobre las dimensiones del Parque de la Molineta, inmediatamente corregido por el Ayuntamiento dando más hectáreas de las exigidas, con las garantías de mantenimiento de los valores etnográficos de la zona que constituye el Canal de San Ildefonso, canal de riego histórico del que siguen quedando algunos restos.
Por parte del Ayuntamiento hacia la Junta, se exigió una explicación sobre la supuesta inundabilidad de suelos urbanizables de las Vegas de Acá y Allá, en base a un informe ( que nunca nos enseñaron) sobre crecimientos del río Andarax en los últimos 500 años y que ahora, con nuevos criterios, obligaban a subir el encauzamiento, operación que, en cualquier caso, era, y es, responsabilidad de la Junta a través de Confederación, que ni se hizo entonces y sigue sin hacerse. 


Agua Ahora se aducen problemas de una supuesta infradotación de aguas que garanticen la viabilidad del Plan. En este sentido, la Junta vuelve a engañar a los almerienses, puesto que conoce perfectamente los derechos históricos de Almería sobre los famosos pozos de Bernal en el Campo de Dalías, a cambio del agua del pantano de Beninar, construido en su momento para garantizar suministros a la ciudad, pero de agua no potable aunque sí útil para regadíos de la zona y, por tanto, perfectamente intercambiables. Junto a ello está la disponibilidad de agua de la desaladora  de Almería que, con consumos razonables, garantizan la atención a una población de 250.000-300.000 personas, pero que encarecería el precio al almeriense, si prescindieramos de los pozos.
Criterios, sin duda, políticos han ido retrasando interesadamente la gestión de la  Junta, puesto que el plazo para la emisión de los informes favorables ya debían estar en el Ayuntamiento desde el mes de junio pasado, antes de la llegada de nuevas normas urbanísticas, tampoco estrictamente necesarias en el caso de Almería, puesto que en la Memoria del Plan se explicaba y se justificaba sobradamente  la situación alternativa con los nuevos desarrollos.
La Junta conoce perfectamente los riesgos que está asumiendo la ciudad ante posibles incumplimientos de diversos convenios urbanísticos, firmados en su día tras ser aprobados en Plenos, lo que permitió construir el magnifico Cuartel que disfruta la Policía Local o la posibilidad de construir un hotel 5 estrellas en terrenos de la Compañía de Maria y un comercial del Corte Inglés en el colegio de la Salle.




Industria La Junta conoce también el agotamiento de suelos industriales para la ciudad, de lo que se están beneficiando municipios limítrofes, así como la posibilidad de desplazar pequeños polígonos industriales que han quedado muy centrados en la ciudad, a la que ahogan y afean.
La propia normativa urbanística en vigor facilita soluciones parciales sobre el suelo urbano y urbanizable previsto en el Plan vigente de 1998, por lo que, la Junta, por responsabilidad, debiera aceptar como solución, en tanto en cuanto se reabre el tema menor, absolutamente teórico, de nuevas alternativas.
Es claro que la Junta asfixia, una vez más, a Almeria, tónica habitual desde hace muchos años, lo que justifica sobradamente, las posiciones políticas reiteradas de los almerienses en los distintos eventos electorales. 






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