Fue maravilloso viajar a Palma de Mallorca

Era viernes, a las 23:00 horas, cuando comenzaba una nueva aventura para los aficionados. Tocaba desplazarse a Mallorca. Como dice la canción, “será maravilloso”. Y lo fue. Un autocar de Ramón del Pino aguardaba en la puerta de la sede de la Peña Milhojas a una veintena de seguidores que ahorraron durante semanas para poder permitirse un viaje de esta categoría, Toda la noche por carretera hasta Valencia, donde se llegó a las cuatro de la madrugada. Hasta las 8:00 horas no salía el avión hacia Palma, pero aprovechando que Emilia Jiménez cumplía años, invitó a desayunar a la expedición con roscos caseros. Una buena idea para que la espera se hiciese más amena. El vuelo de Valencia a Palma llegó a las nueve.

Tiempo para recoger las maletas, entrar al hotel, cambiarse y conocer más la Isla. Ruta por el centro de Mallorca, con la Catedral y el Puerto Deportivo como atractivos. Después del almuerzo, autobús rumbo a el Arenal, la zona más turística. Algunos todavía se atrevían a darse un baño en la playa. En Palma de Mallorca, en lo estrictamente deportivo, esperan la reacción de su equipo, que a su vez recibía a uno de los grandes venido a menos en la competición. Se notaba entre seguidores de ambos conjuntos que la zona de descenso quema bastante.

El mismo sábado llegaba el equipo a su hotel de concentración y Ángel Férez, junto a Fernando Soriano, recibió a los aficionados. Gesto de cercanía en un momento difícil en la Liga para el equipo.
Con las pilas descargadas del viaje y de tanta ruta por la ciudad, llegó la hora de dormir. El domingo, a las 9, el despertador sonaba para desayunar e ir a Son Moix. Hacía cuatro años que el Almería no visitaba al Mallorca, y la situación fue parecida a la anterior, con los rojiblancos en descenso.