Soriano llegó de sargento en 2005 y ascendía a general en la 2007-08

La historia de Fernando Soriano Marco va ligada a Paco Flores. El entrenador afincado en Almería le tuvo a sus órdenes en el Real Zaragoza donde nacía una sana amistad. Bastó un “¿Te vienes al Almería?” y Soriano no se lo pensó dos veces y bajó al sur sin saber lo que le esperaba en lo deportivo y en lo social.
El Almería estaba haciendo un equipo para consolidar la categoría y casi logra el ascenso a la Primera División. Bastaron pocas jornadas para ver a un Soriano convertido en líder del equipo y siendo el segundo entrenador del Almería. Flores le daba mandos a distancia que sabía utilizar como nadie. Aquello funcionó gracias a un sargento del balón.

De capitán a general

En aquella Almería de los Juegos del Mediterráneo se rozó el ascenso a Primera. Estuvo en las manos de los rojiblancos que no tardarían en hacerlo realidad a la siguiente. Llegaba Unai Emery al banquillo. Alfonso hablaba de algo más para esa temporada y Soriano lo tenía claro. Ya era uno de los capitanes y se puso a tirar del carro con su buen amigo Corona para colocar al Almería al máximo nivel.
No era fácil para un equipo emergente y con un entrenador nuevo pero se conseguía la gesta con goles inolvidables del Mañico como el que le hizo al Real Murcia en el descuento y que abría las puertas de la ilusión. Ante la Ponferradina el Estadio colocó el cartel de no hay billetes y Soriano subido a un autobús descapotable vivió la fiesta más grande de todos los tiempos en Almería.

Nada será igual

Soriano había ganado la Copa del Rey con el Zaragoza y la Supercopa. Había dado un ascenso al Decano con sus goles y tenía mucha mili a sus espaldas pero “nada que ver con el ascenso del Almería a Primera que para mí es especial por muchas cosas”. Tras los Juegos Mediterráneos donde la provincia puso el listón en las nubes solo faltaba esto. Nada será igual que aquel ascenso.

Mando en plaza

Soriano habla cada día con la afición. Es un almeriense más. Percibe desde la calle como van las cosas y “son especiales por muchas cosas. El club y la ciudad invitan al profesional a pasar una etapa buena”. Se fue a Osasuna una temporada y perdimos la Primera División pero ha vuelto para quedarse y “no me importaría acabar mi carrera en el Almería”.
Pero no hablemos de eso ahora que Francisco lo tiene como en su día Paco Flores como el segundo entrenador. Sale al campo: ordena y manda. Pero nunca se queda en el Cuartel General, se mete en la trinchera con sus soldados a pegar tiros. Soriano es por encima de todo un jugador disciplinado que sabe sacar sus armas de guerra en cada partido según el rival.
Ha encontrado el lugar ideal para ser feliz con su mujer y sus niñas. Tiene una relación con el club que va más lejos de la habitual entre jugador y entidad y, algo muy importante, siente lo colores.
Juró bandera en el año 2005 como sargento para Paco Flores y será un general con mando en plaza para Francisco. La guerra no ha terminado para Soriano.