El voley no se entiende sin Marlon Palharini

LA VOZ y SER viajan al corazón del capitán de Unicaja Costa de Almería

Marlon Palharini, receptor y capitán de Unicaja, en el Moisés Ruiz.
Marlon Palharini, receptor y capitán de Unicaja, en el Moisés Ruiz. Carlos Miralles
Carlos Miralles
11:25 • 20 ene. 2022 / actualizado a las 11:31 • 20 ene. 2022

El voleibol en España no se entiende sin Marlon Palharini en las canchas. Este veterano receptor (37 años), quiere pasar a la historia levantando títulos con Unicaja Costa de Almería desde una faceta que no le viene grande: capitán. La experiencia y el compañerismo le han llevado a ser el líder del conjunto ahorrador. Superó una grave lesión este verano pero ha vuelto con fuego en la sangre para afrontar los dos torneos que marcarán la temporada: Copa y Superliga.



LA VOZ y Cadena SER han estado con Marlon Palharini. Puede escribir un libro con todas las vivencias desde que empezó a jugar en el pequeño pueblo de Jandaia do Sul, en Brasil. Las raíces españolas le hicieron plantearse un cambio radical en su vida y hasta la fecha no se arrepiente de la decisión: “Nací en Brasil, pero mi abuelo era sevillano y al tener doble nacionalidad me planteé venir a España a probar y salió bien. Me he casado, mi familia es feliz y hasta ahora todo fenomenal. Con 17 años ya estaba aquí en España”.



Un líder
En Brasil empezaba a despuntar en las bases y cuando aterrizó en Sevilla rápidamente encontró equipo para seguir creciendo en la pista. Palharini, con experiencia internacional, recuerda sus inicios: “Había sido campeón brasileño en categorías inferiores y había pasado por algunos clubes potentes del país antes de venir a España. Estuve en Sevilla, en CV Esquimo, Rochelambert... Fui aprendiendo del voley español, viajé a Tenerife con Jaime Barros, firmé y me asenté”.



El rebelde
En casa siempre se ha hablado y vivido el voleibol. Tiene dos hermanos y señala que él todavía mantiene la fuerza física y mental para continuar al máximo nivel. No se ha planteado colgar las zapatillas mientras que sus familiares ya se apartaron de las pistas: “Mi madre fue jugadora. Soy el mayor de tres hermanos y uno de ellos también ha sido internacional por Brasil. Ambos se han retirado y yo he sido el rebelde, el que ha seguido en la pista”.



La clave
Palharini continúa su viaje al pasado reconociendo que el paso de salir de Jandaia do Sul hacia Sao Paulo para crecer en el deporte cambió su vida para siempre. Esa valentía de un joven de 15 años le hizo madurar y cumplir el sueño de competir en los mejores clubes de España: “Quizá el momento que cambió mi vida fue cuando salí de mi pueblo con 15 años para ir a probar suerte a Sao Paulo, una ciudad muy grande, distinta a mi pequeña localidad. Jugué en un club importante y de 1.000 jugadores solo iban a elegir a ocho. Yo fui uno de esos ocho. Fue una alegría y nunca lo olvidaré porque al final resultó decisivo”. 



Posición
Receptor consagrado y contrastado en la Superliga, Marlon Palharini dice que en sus inicios también fue central -por aquel entonces no había líberos y también recibían-, pero sintió que su verdadera vocación era recibir: “Cuando empecé era central por la altura. Lo típico, si eres grande te toca ser central. Pero cuando salí de mi pueblo me di cuenta de que quizá para esa posición me quedaba corto y pensé en cambiar a receptor. Técnicamente se me daba bien y hasta ahora”.



Con fuerza
En una temporada que está marcada de nuevo por el Covid-19, Palharini confía en que Unicaja Costa de Almería consiga arrebatar títulos a Guaguas Las Palmas, vigente campeón de todo, y es que se ha marcado como meta hacer historia con el club ahorrador: “Tengo 37 años pero me encuentro muy bien físicamente, con esa madurez que te da la edad y la experiencia. Mi objetivo antes de retirarme es levantar un trofeo con Unicaja Almería”.



¿Banquillo?
Le gustaría ser entrenador, aunque primero piensa que debe desconectar un poco del voley al máximo nivel y luego volver con más fuerza. Eso sí, el brasileño vive el día a día y no descarta nada: “Me lo he planteado más de una vez, pero son muchos años de voley, viajando de un lugar a otro sin tener una estabilidad. Cuando me retire mi primera idea no será entrenar, aunque no lo descarto para más adelante”. En su tiempo libre no se cansa de ver otras disciplinas deportivas: “Soy muy futbolero. Suelo ver partidos en casa, alguna serie, películas... Lo típico cuando no compites”.


Almería
Una ciudad muy especial y una provincia con encanto. Marlon Palharini se ha enamorado de esta tierra y en la entrevista con LA VOZ y SER hace de guía turístico para hablar de los rincones que más le gustan, donde se perdería en sus ratos libres: “Lo más bonito de Almería es el Cabo de Gata. Conocer el Parque Natural es indispensable si vienes a Almería. Se come muy bien en esta tierra y doy fe, que llevo muchos años aquí. La gastronomía es increíble”. Un capitán con la educación por bandera en las pistas.


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