Blas Infante, hombre de luz

La figura del padre de la patria andaluza ha alcanzado la categoría de mito

La figura de Blas Infante ha alcanzado la categoría de mito entre el andalucismo.
La figura de Blas Infante ha alcanzado la categoría de mito entre el andalucismo.
Juan Francisco Colomina
14:24 • 26 oct. 2020 / actualizado a las 14:26 • 26 oct. 2020

“Los andaluces queremos volver a ser lo que fuimos, hombres de luz, que a los hombres alma de hombres les dimos”. Estos versos del Himno de Andalucía lo hemos cantado en multitud de ocasiones desde que muchos estábamos en edad escolar. La mayoría sabe, por supuesto, que el padre de esta letra es Blas Infante Pérez (Casares, 1885)

La figura de Blas Infante ha alcanzado la categoría de mito entre el andalucismo, y por ende es considerado el Padre de la Patria Andaluza y uno de los máximos inspiradores de sentimiento regionalista andaluz. No es fácil adscribir a una corriente de pensamiento a Blas Infante, pues danzó entre las posiciones regeneracionistas de Joaquín Costa y el krausismo de Giner de los Ríos. En algunos momentos de su trayectoria miró con interés ciertos aspectos del anarquismo, pero fue sobre todo un convencido federalista.

Fruto de esos pensamientos surgió todo un movimiento en Andalucía en los años 10 y 20 del siglo XX, y en el propio Blas Infante, que puso en cuestión los modos de vida del campesinado andaluz, el poder de los grandes terratenientes y al atraso educativo, económico y social con respecto a otros territorios de la geografía española, especialmente Cataluña, nutrida de mano de obra barata surgida de cada una de las provincias andaluzas. El exilio laboral hacia Argelia supuso también fuente de riqueza cultural, que unido a la historia de entrada y salida de América, hacía de Andalucía una tierra que no había encontrado su lugar en España.  

Blas Infante, abogado, notario y escritor, volcó todas sus fuerzas en hacer de Andalucía una tierra de progreso en el que el caciquismo dejara de influir en la vida pública, política y laboral de todos y cada uno de los trabajadores. Ya desde 1912 pone el foco en las desigualdades y en la necesidad de crear una conciencia colectiva del pueblo andaluz, plasmado en su obra “Ideal Andaluz”. Su obsesión era cambiar la estructuras y la sociedad con el objeto de establecer una clase media que no fuera explotada sistemáticamente. El camino para ello no era la revolución, sino el colectivismo y la unión de un pueblo que tenía tras de sí una historia y una cultura propia, española y andaluza.

Desde que se proclamó la II, República Blas Infante buscó la forma de establecer una autonomía con carácter propia dentro del Estado español. Desde las posiciones republicanas, especialmente desde el Partido Democrático Republicano Federal, defendió la idea de una España Federal con Andalucía como ejemplo de territorio con gobierno propio. La Asamblea de Ronda de 1918 supuso el pistón de salida, con el himno y el escudo como símbolos identitarios de Andalucía. 100 años después aquellos símbolos son los nuestros. Los intentos de crear un gobierno autónomo en Andalucía en los años de la II República no fructificaron, y se truncaron definitivamente con el el golpe de estado del 18 de julio de 1936.

El dos de agosto de 1936 Blas infante fue detenido en su casa de Sevilla por las tropas de Queipo de Llano. Tras unos días retenido, fue fusilado en la carreta de Carmona la noche de 11 de agosto. Sin juicio, sin sentencia, la intolerancia y el sectarismo acabaron con la vida del padre de la Patria Andaluza. Cuatros años más tarde, el 4 de mayo de 1940, fue condenado por el Tribunal de Responsabilidades Políticas a una pena de 2.000 pesetas, que fue cargada a la viudas e hijos. 84 años después el Congreso de los Diputados anula aquella sentencia injusta y criminal. El daño ya estaba hecho, pero España y Andalucía le devuelve la dignidad de quien fue un “hombre de luz”, como reza el himno que él mismo compuso.










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