“En política hay teatro en todas partes, lo que pasa es que es muy malo”

Pilota la legendaria nave de Els Joglars, la compañía de artes escénicas más antigua de Europa.

Ramón Fontserè  caracterizado para la función.
Ramón Fontserè caracterizado para la función.
Marta Rodríguez
14:06 • 24 mar. 2019

Ramon Fontserè pilota la legendaria nave de Els Joglars, la compañía de artes escénicas más antigua de Europa. Su obra ‘Señor Ruiseñor’ inaugura hoy domingo, a las 20 horas, la 42ª edición del Festival de Teatro de El Ejido. Una función donde planta cara al fanatismo independentista a partir de la figura del polifacético artista Santiago Rusiñol






En ‘Señor Ruiseñor’ recuperan al artista Santiago Rusiñol, al que Josep Pla definió como un destructor de fanáticos. ¿Estamos necesitados de figuras así?



 Hay una frase del espectáculo que dice: ‘Con Santiago Rusiñol, otro gallo nos cantaría’. Era un artista, un hombre abierto que se consideraba de todos los sitios, un humanista en contra de los fanatismos. Si la vida tiene algún sentido, es por la lucha por la libertad y contra los fanatismos, que son los que imperan en Cataluña. Este espíritu suyo, desgraciadamente, brilla por su ausencia en la actualidad.



 ¿Habría un equivalente a Rusiñol en la sociedad catalana actual?



Mi querido maestro Boadella podría representar ese espíritu. Hay una cosa de Rusiñol y de Albert que es el sentido común. Rusiñol, que estuvo enganchado al mundo bohemio y podría parecer un frívolo, siempre pensaba y meditaba muy bien las cosas. Era una gran personalidad, un ciudadano modélico.



Hablando de Boadella, ¿lo echan de menos?



A nosotros nos hubiese gustado que continuase, pero cada uno elige su camino y él necesitaba dar rienda suelta a su vena musical y yo creo que, desde 1961, ya le tocaba hacer lo que le gusta de verdad. Somos la compañía privada más antigua de Europa: tenemos 57 años. Como impulsor de esto, ya está bien.


¿Hay una competición por ver quién es más catalán?

El nacionalismo  tiene estos elementos xenófobos y de supremacismo, de ‘yo soy más porque estaba primero ’, lo que choca con el mundo de Rusiñol y del arte como patria universal. Es el conflicto que tiene en nuestra obra un jardinero al que recolocan en el Museo Rusiñol, espacio que quieren convertir en el Museo de la Identidad. Hace cuatro días en Yugoslavia vimos lo que pasó. Europa, tarde o temprano, tendrá que unirse.


¿Cómo es el catalán puro?

Solo tienes que poner TV3 y ver a Torra. Un personaje vale más que mil palabras. Y eso después de un gran político como Tarradellas: un estadista con visión de Estado, un hombre sabio e inteligente que vio que las cosas se tienen que hacer con unidad, aunque sea la unidad de los distintos. De ahí su buena relación con Adolfo Suárez. Luego vino Jordi Pujol y acabó con esto. Y por culpa de los Gobiernos centrales que no se dieron cuenta de que poco a poco los estaban chantajeando. Todo se tenía que haber atajado antes.


 ¿Entendemos lo que sucede en Cataluña?

El otro día fueron a manifestarse a Madrid y yo creo que allí importa un bledo. La gente está en sus preocupaciones reales sobre cómo llegar a fin de mes o sortear los atascos; la vida cotidiana. La propaganda que intentan hacer es un peñazo colosal, la gente se está hartando ya. En el fondo, lo que piden es una sinrazón.


¿Cómo ha sido recibida esta obra allí?

Bien, bien. Venimos de actuar en Canovellas y el recibimiento ha sido fantástico. No nos podemos quejar. Fue muy emocionante y el espectáculo, desde el primer momento, se siguió con total entusiasmo.


¿Funciones como ‘Señor ruiseñor’ ayudan a ponernos en el lugar del otro y al entendimiento?

Es un sátira fresca que nos hace reflexionar sobre nuestros ideales, nuestra ideología y nuestra identidad evitando prejuicios y sesgos y esto es muy sano. Es una función que el teatro tiene que hacer. A veces no se quiere ver, porque se ha bombardeado el cerebro, por pereza, pero el teatro tiene que mostrar la realidad y hacer que el espectador comprenda lo que sucede.


¿Hay teatro en la política catalana?

En política hay teatro en todas partes, lo que pasa es que es un teatro muy malo. Ahora están haciendo unas grandes actuaciones por las elecciones.


¿Actuarían en Tabarnia?

De momento hemos actuado en el cinturón rojo de Barcelona. Pero si nos llaman, iremos sin ningún problema.


 Els Joglars es asiduo al festival de El Ejido. Según un artículo de Julio Llamazares, es un páramo cultural. ¿Qué cree?

Este festival es un raro ejemplo de supervivencia y, tratándose de teatro, tiene un mérito enorme que sea un referente en España. No solo hay VOX en El Ejido, existe un dinamismo cultural.


¿Cuál es su lección número uno para dedicarse a su oficio?

Tener pasión. Pla decía que la vida es ondulante, a veces estás arriba, a veces abajo. En este oficio la selección se hace sola: seguimos los tozudos. 


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