Fernando Trueba: "Fernando Fernán-Gómez era uno de esos regalos que te da la vida"

El director presentó anoche `La reina de España` en los Encuentros de Cine de Unicaja

Fernando Trueba (derecha), ayer en el Centro Unicaja de Cultura.
Fernando Trueba (derecha), ayer en el Centro Unicaja de Cultura.
Evaristo Martínez
01:00 • 14 mar. 2017

Los Encuentros con Directores de Cine Español que organiza la Fundación Unicaja han abierto el año reencontrándose con un buen amigo: Fernando Trueba. El madrileño presentó anoche en el Cervantes ‘La reina de España’ y esta mañana participará en un encuentro con estudiantes del IES Azcona. “He venido varias veces a Almería, no solo a los Encuentros [que ha visitado también con ‘El baile de la victoria’ y ‘El artista y la modelo]: estuve en el rodaje de David [‘Vivir es fácil con los ojos cerrados’, la película que su hermano dirigió en localizaciones de la provincia] y en un homenaje [en el festival ‘Almería en Corto’] que le dieron a Eli Wallach: vine con él ya que éramos muy amigos”, recordó ayer durante el transcurso de una rueda de prensa.




Lo que no puede asegurar es que venga a trabajar alguna vez a este rincón peninsular. “A mí me suele llevar una historia. Nunca he dicho voy a rodar en este sitio o en el otro, es al revés: una historia sugiere una localización o exige ser rodada en un determinado lugar”.




Sobre ‘La reina de España’, secuela de ‘La niña de tus ojos’, el director explicó que nació sin habérselo planteado. “Empezaron a ocurrírseme ideas para una segunda película con esos personajes y esos actores. Llegó un momento en que había bastantes cosas que me gustaban, que pensé que podían ser divertidas para el público y me puse a escribir”.




Antes, detalló, consultó al elenco con el que había trabajado en la primera película. “Sin el acuerdo de todos ellos, esto habría sido absurdo”. Hubo consenso y así volvieron a encontrarse, con ganas de revivir un rodaje excepcional. “Todos lo recuerdan como el mejor de sus vidas. Siempre que nos encontrábamos en algún sitio, alguien decía: ¿Os acordáis del rodaje de Praga? Ahí estaba ese deseo latente de volver a reunirnos todos, ya que la única manera de hacerlo es trabajando juntos”. Algo que propició “un encuentro muy bonito” y, de nuevo, un “rodaje muy feliz”. “Además de los ocho de la primera parte, a los que llamo el ‘grupo salvaje’, aquí hemos contado con gente nueva, como Ana Belén, Chino Darín, Javier Cámara, Arturo Ripstein o los actores extranjeros [Cary Elwes, Mandy Patinkin, Clive Revill]”.




De momento, las andanzas de la estrella Macarena Granada (Penélope Cruz) y su ‘troupe’ se quedará en díptico. O no. “A veces hemos jugado y bromeado sobre cómo podría ser una tercera parte. Desde mi punto de vista, tendría que pasar el tiempo suficiente como han pasado entre estas dos. Lo bonito es que son dieciocho años en los que puedes ver que el paso del tiempo es el mismo para los personajes que para los actores”.




Mientras tanto, Trueba tiene “un par de guiones” que no sabe si verán la luz - “algo en la línea del thriller psicológico que comencé con ‘El sueño del mono loco’ y luego no he seguido”- y uno que parece más claro: “Estoy trabajando en uno de animación para la que quiero que sea mi segunda película del género”, confesó el autor de ‘Chico y Rita’. 




Nuevos tiempos
Tras asegurar que lo ha pasado “mal” por el boicot a ‘La reina de España’ que se promovió desde las redes sociales, el cineasta reflexionó sobre el mismo. “Los gobiernos, los medios, la policía, deben lidiar con estos elementos. Cuando se inventó el coche, no existía el código de circulación. Ahora, necesitamos códigos deontológicos para saber cómo usar estas cosas”, dijo sobre un comportamiento que calificó de “viejo y hasta reviejo”.




Durante su encuentro con los periodistas, Trueba habló de ‘Belle Epoque’, filme que cumplirá en diciembre 25 años y con el que ganó el Óscar a la mejor película de habla no inglesa. “Había un grupo humano maravilloso. Actores jovencísimos y otros veteranos, un salto generacional muy grande y yo en medio”.


De aquel trabajo, confesó, recuerda mucho a Fernando Fernán-Gomez. “Rodamos en Portugal, a una hora de Lisboa; no había hoteles y nos quedábamos en casas rurales. La nuestra era la de los mayores: él, Alcaine [director de fotografía]...  Cenar todos los días con Fernán-Gómez, escuchándole hablar,  era una maravilla. Uno de esos regalos de la vida por los que tienes que dar las gracias”.



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