Crónicas del ayer: ¿Quién quemó los talleres de Oliveros?

Medio siglo después nada está claro

Talleres de Oliveros.
Talleres de Oliveros.
José Ángel Pérez
23:28 • 24 ene. 2023

Va para medio siglo y hasta hoy sigue siendo una incógnita lo que realmente pasó sobre el incendio de los talleres de Oliveros, aunque el abanico de sospechas e hipótesis de la población sobre lo ocurrido es bastante amplio y de diversos colores. En 1973 un devastador incendio arrasó las instalaciones de los talleres de Francisco Oliveros S.A. ubicados en una amplia superficie la avenida de García Lorca, Cabo de Gata y carretera de Ronda cuya puerta principal de la factoría estaba en la avenida de Cabo de Gata frente a la estación de servicio Trino. 



Oliveros fue sin género de dudas un referente de la industria que prosperó en Almería durante la primera mitad del pasado siglo XX y que llegó a dar trabajo a más de un millar de padres de familia. En relación con el tema del incendio, no hay mucho o más bien poco sobre lo que realmente sucedió



El símbolo industrial almeriense terminó bajo un incendio intencionado, después en una reconversión ocasionando uno de los focos de mayor tensión laboral de aquellos tiempos. La operación inmobiliaria dejó siempre en el aire la incertidumbre sobre la autoría del fuego. Aunque algunas denuncias señalaban a la propia empresa, otros interrogantes apuntaron la coincidencia que el día del siniestro, fuera también el de la presentación de una “extraña” organización sindical obrera asamblearia “Asociación Obrera Asamblearia (AOA) y que el fuego fue su tarjeta de presentación. La autoría del incendio provocado que destruyó Talleres Oliveros, sigue siendo un enigma”.



En los años 50 Oliveros, con unos talleres exánimes después de la Guerra Civil, se convierte en una potente factoría industrial que da trabajo a 450 trabajadores – a principios de los sesenta más de 600- y cuyos primeros 4000 metros cuadrados de superficie se ampliaron hasta superar los 50.000. Un total de 11.000 vagones de tren semidestruidos fueron recuperados para el transporte. 



La reconstrucción de vagones de Renfe fue una fuente extraordinaria de un constante trabajo por lo que la plantilla de la factoría llegó incluso a situarse en un millar de empleados. Se repararon más de 11.000 vagones y se construyeron 600 nuevos.



Pero después del esplendor llegaron las vacas flacas, Oliveros fue decreciendo, igual que el resto de otras potentes empresas del país, y sus plantillas fueron disminuyendo. Cierre de instalaciones, reconversiones, huelgas, hasta que se produce el desahucio total y los propietarios de los terrenos consideran otras opciones.



La difícil situación de los obreros es cada vez más latente. Esta empresa familiar, nacida con la construcción de la línea de Linares a Almería en 1895, a partir de la iniciativa de un armador almeriense, se convirtió en el gran taller ferroviario del sureste español



El crecimiento de la ciudad hizo que en los años 50 estos talleres estuvieran rodeados de edificios, lo que posibilitó años después una jugosa operación inmobiliaria en una de las zonas más caras de la ciudad. El 8 de noviembre de 1977 un artefacto explosivo destruyó el coche del presidente de Francisco Oliveros SA aparcado en el garaje del edificio Olima. Desde hacía un cierto tiempo la empresa había promovido un expediente de crisis con objeto de despedir un determinado número de obreros, casi la mitad de la plantilla. El expediente fue rechazado por la Delegación de Trabajo. Los trabajadores acusaban a la empresa de abandonar la actividad productiva para poder especular con los extensos solares en que la fábrica se encontraba enclavada.


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