Vuelven las flores y las emociones compartidas el 1 de noviembre

El Día de Todos los Santos es festivo nacional y es tradición recordar a personas queridas

Vuelven las flores de colores, los corrillos y los niños a jugar entre las calles y salvando las escaleras mientras sus padres y sus abuelos limpia
Vuelven las flores de colores, los corrillos y los niños a jugar entre las calles y salvando las escaleras mientras sus padres y sus abuelos limpia La Voz
Gregorio Fernández
20:59 • 31 oct. 2022

El Día de Todos los Santos, es una festividad religiosa que se celebra anualmente el 1 de noviembre en gran parte de los países con tradición católica y se realiza como antesala del Día de Muertos.



La fecha celebra el paso de los difuntos por el purgatorio, habiendo superado totalmente este estado de purificación hasta convertirse en almas santas que gozan de la vida eterna en la presencia de Dios.



Origen



Como ocurre con la mayor parte de las celebraciones en España, el 1 de noviembre, Día de Todos los Santos, es una fiesta eminentemente religiosa. No solo en España sino en la mayor parte de países de tradición cristiana, el primero de noviembre es un día en el que se homenajea a los santos, conocidos y desconocidos.



La proclamación de la fiesta de Todos los Santos procede del papa Gregorio IV, quien en el año 835 dio instrucciones para ello en tiempos de Luis, el Piadoso. Si bien no hay una historia firme sobre el origen de la festividad del 1 de noviembre, se cree que el papa Gregorio IV escogió este día porque coincidía con una de las festividades de los pueblos germanos y durante estos años, el objetivo de la Iglesia era ir eliminando todas las celebraciones paganas. Una de las dudas que surgen en un día como este es a quién se puede considerar santo. Quizás pueda creerse que santo es algo mucho más importante de lo que es, pero según la Iglesia católica, para ser santo solo hay que hacer una cosa: “participar de la santidad de Dios”.



Aunque fue Gregorio IV el que extendió esta festividad, fue incluso antes cuando se empezó a celebrar, a raíz de la Gran Persecución, como se conoce a la persecución de Diocleciano, una de las últimas persecuciones de cristianos en el Imperio romano. En esta fecha es común acudir a los cementerios para visitar las tumbas de los seres queridos que han fallecido.



Tradiciones



En España, como hemos mencionado con anterioridad, es festivo y la sociedad tiene diversas formas de aprovechar el tiempo durante el 1 de noviembre. Entre otras formas de celebrarlo, destaca sobremanera la de acudir a los cementerios a poner flores a los difuntos y recordar así a familiares y amigos que ya no se se encuentran entre nosotros. 


Por todo el país, muchas personas, especialmente las más mayores, se acercan a los cementerios con ramos de flores para visitar a esos seres queridos que ya no están y así hacer que permanezca su recuerdo. Lo más tradicional de este día es comprar flores y llevarlas a las tumbas para adornar la sepultura.


Dulces

En cualquier caso, el Día de Todos los Santos es el momento ideal para comer dulces como los buñuelos de viento, huesos de santo o panellets.

Buñuelos de viento: es un tipo de masa frita rellena de crema, chocolate, nata o lo que quieras. Se sabe que es un dulce anterior al siglo XVII, ya que el cocinero del rey Felipe II hizo alguna referencia a este postre. Cuenta la leyenda que cuando comes uno de estos buñuelos se salva un alma del purgatorio, y por esto se han convertido en una tradición del día de Todos los Santos.

Huesos de santo: estos dulces están hechos de masa de mazapán con forma de tubos de un dedo de grosor. Realmente no tienen forma de hueso, así que no te preocupes por su nombre. Se llaman así porque, después de cocinarlos y echarles sirope, cogen un color beige muy parecido al de los huesos.

Los huesos de santo siempre se han rellenado con una crema de yema de huevo dulce, aunque actualmente te los puedes encontrar con todo tipo de dulces en su interior: chocolate, mermelada, coco, plátano…

Panellets: este dulce es típico de la zona de Cataluña. Está hecho de almendras, patatas, azúcar y piñones. Todas las pastelerías de esta zona lo venden especialmente los días antes del Día de Todos los Santos, se toma con vino moscatel.


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