El sabroso bocadillo de un abderitano que triunfa en Canarias

En la octava edición del Campeonato de Canarias Absoluto de Bocadillos Canarios de Autor, celebrado en el marco del Salón Gastronómico de Canarias, el cocinero Frank Gómez Cortés, residente en Los Realejos (Tenerife), se proclamó ganador con su bocadillo llamado “De cabra va la cosa".

Su creación consistió en un panecillo bretzel relleno con una receta de carne mechada de cabra, en homenaje a Fuerteventura, cocida en mojo rojo, chutney de tomate y menta, queso asado de Güímar, canónigos y miel de palma.

Frank Gómez se inspiró para ello en su primera visita aquí, le llevaron a comer a un Guachinche, una bodeguilla al estilo Adra como la de Ramón Pérez o Bodega Gómez. Algo típico allí también. Fue lo primero que le pusieron y el sabor fue brutal, le contagió al primer segundo. Entre dulce y salado, agrio y ácido, picante y suave. Era Umami total. Y en eso fue en lo que se inspiró. Arreglándola un poco con hierbahuerto que reduce el picante y da frescor.

Actualmente el de Adra está en la cadena Fergus Hotels de Chef ejecutivo en Puerto de la Cruz (Tenerife), gestionando un hotel con encanto y bastante atractivo y con un futuro apostando por la gastronomía canaria no olvidando las raíces de nuestra tierra, Adra. Su cocina añadida a la oferta gastronómica de la receta canaria da guiños a nuestra cocina ( cazuela de fideos, gachas, arroces caldosos,  conejo al ajillo, pero como mojo llamado conejo salmorejo).

Actualmente sorprende a sus comensales con un arroz meloso de pulpo con ajo marinero. Para el abderitano es importante no olvidar de donde uno viene, para saber a dónde va. Este año ha vuelto a las competiciones entrando en tres finales. Se muestra sorprendido al no esperarlo.

Los tres primeros clasificados recibieron premios en metálico de 500, 300 y 100 euros, respectivamente, además de un viaje para dos personas y vehículo en clase oro en cualquiera de las rutas interinsulares de Fred. Olsen Express

Según la organización, los bocadillos finalistas se destacaron por su “espíritu” y “sabor” canario, tanto por sus ingredientes como por el concepto de la receta, su forma de elaboración y su presentación. Además, se estableció como requisito que ninguno de los bocadillos superara los 15 euros en precio.