El Almería vuelve a mostrar su poder en casa minimizando al Deportivo

En el fútbol no se puede nunca hablar de resultados injustos cuando no ha habido factores externos que los condicionen. En el duelo del pasado lunes entre el Almería y el Deportivo no los hubo, y el reparto de puntos llegó como consecuencia de que cada uno hizo un gol legal. Pero es indudable que le supo de manera diferente a unos y otros. Para los pupilos de Fran Fernández dejó un regusto amargo porque piensan que hicieron sobre la cancha lo necesario para ganar. Para los Natxo González supuso sumar un punto de oro y les supo a gloria.  

Teniendo en cuanta las virtudes y el potencial del rival, su momento de forma barriendo al Atlethic en el Carranza con muchos suplentes cuatro días antes y las individualidades con las que cuenta, conseguir lo que consiguieron los chicos de Fran es para ponerles un monumento y no dudar en calificar el duelo de la jornada 14 como de partidazo. Fran volvió a su once más clásico con Arzura en el puesto de Eteki. El medio centro cedido por el River Plate consiguió que en la noche futbolera del lunes nadie se acordara del camerunés.

Este equipo consiguió ser siempre el dueño de la situación, hacer que el rival bailara al ritmo que le impuso, desesperar a los volantes rivales en la disputa de los balones divididos, tapar a cal y canto los caminos hacia la meta de René y llegando con criterio al área rival, faltó como siempre más remate, la asignatura con menos nota de este gran equipo que comanda un técnico de la casa. El Almería de Fran sale reforzado, volvió a mostrar su poder en el casa consiguiendo minimizar al rival para reinar ante su hinchada. Sigue cogiendo aire para no asfixiarse al final.