La previa: Zaragoza-Almería

Siete partidos consecutivos sin ganar, tres de ellos en casa, siete bajas y al borde del abismo en la clasificación. Estas son las tristes credenciales con las que esta tarde (16:00 horas) se presentará el Almería en La Romareda para disputar el partido correspondiente a la trigésimo sexta jornada de la Liga.

En el camino que ha conducido a los almerienses a Aragón ha habido claros y oscuros, pero muchos más de estos últimos. La mayoría de los tantos recibidos eran evitables y fruto de despistes propios, falta de concentración o mala colocación.

El equipo se ve impotente para dar el paso más importante en el fútbol, superar la línea de tres cuartos con eficacia para poner en aprietos los marcos rivales. El clavo, si se quiere ardiendo, al que pueden agarrarse los rojiblancos para superar esta tarde a su rival es que en muchas fases de los siete encuentros antes numerados ha superado al rival, los marcadores han sido apretados y en todos los casos han competido y peleado los puntos.

En la rueda de prensa tanto por parte de los medios como del propio entrenador se ha hablado mucho del aspecto anímico. Más allá de la retórica y de las fases bien construidas, la realidad es que en una competición tan igualada como esta al final se llevará el gato al agua el equipo que afronte cada uno de sus compromisos finales con mentalidad ganadora. Sabiendo que pueden y deben ganar, que el rival no es mejor que ellos y que tienen suficientes argumentos como para superar a cualquiera de los enemigos a los que les toque hacer frente.

Si el Almería es capaz de salir desde el primer minuto a por el partido, eso no es sinónimo de suicidarse, habrá recorrido un gran techo para regresar con un resultado positivo. Si sale con miedo y con complejo de inferioridad el desastre está asegurado.