Un vecino puede acabar en la cárcel por tener 16 tortugas moras en su jardín

Desde el pasado mes de julio, tener una tortuga mora en casa pasó a ser delito, tras la reforma del Código Penal que fija penas de prisión entre seis meses y dos años para los propietarios de esta especie declarada en peligro de extinción. 
Desde que se conoció este cambio normativo y hasta finales del año pasado, los almerienses entregaron unos 3.000 ejemplares, de los que más de 1.500 han sido puestas en libertad.
Pero, al parecer no todo el mundo se deshizo de su mascota, de forma que la Policía autonómica ha puesto a disposición judicial a un vecino de Turre que tenía 16 tortugas en su casa.

Sin microchip

Los 16 ejemplares se localizaron en el jardín de acceso a una vivienda de Turre, cuyo propietario carecía de la correspondiente autorización administrativa para la tenencia y cría en cautividad de especies protegidas, documentación que avala la procedencia legal. Además los animales también carecían del preceptivo microchip, por lo que los agentes procedieron a su incautación. 

Las tortugas intervenidas en esta operación policial, que se inició a raíz de una llamada anónima denunciando los hechos, han sido entregadas por los agentes de la policía andaluza, en condición de depósito, al Centro de Recuperación de Especies Amenazadas (CREA) Las Almohallas, ubicado en Vélez Blanco y dependiente de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, para su recuperación y posterior devolución a su hábitat natural, cuando así lo apruebe la autoridad judicial. 
Tras la toma de declaración a la persona investigada, las diligencias policiales instruidas han sido remitidas al Juzgado de instrucción de Guardia de Vera. Ahora, será el juez el que decida qué pena deberá cumplir este vecino de Turre.

Vuelta al monte

Según lo datos facilitados por la Junta de Andalucía, hasta finales del pasado mes de octubre el número de ejemplares recogidos por la Delegación de Medio Ambiente ascendió a 2.775 individuos, de los cuales, el 67% eran autóctonos y el 33% restante no. Después de que el equipo veterinario del CREA evaluara el estado sanitario de los animales, una parte de las tortugas autóctonas, concretamente 1.568 ejemplares, han servido para repoblar distintas zonas de Sierra Cabrera, en las que se había producido la extinción local de la especie como consecuencia de los incendios de hace unos años. 

Seguimiento

Para comprobar la adaptación de las tortugas a su nuevo medio, a largo de los próximos años, técnicos especializados realizarán un seguimiento de estas reintroducciones.
El resto de las tortugas, a excepción de 122 que tuvieron que ser sacrificadas debido a su mal estado de salud y al riesgo que presentaban de transmitir enfermedades, fueron trasladadas al mencionado centro de recuperación.
Después, para evitar una saturación de animales en el Centro de Recuperación velezano y para dotar a las tortugas de unos lugares más adecuados y amplios para su estancia, una parte de los ejemplares adultos, fueron trasladados a otras instalaciones similares que la Consejería de Medio Ambiente posee en otras provincias.