Adra

‘La Noria’, un grupo de teatro aficionado

Era un grupo de amigos, de entusiastas, en el que cada uno aportaba lo que sabía y lo que podía

Escena y representación de ‘Payasos’ del grupo teatral La Noria en 1978. ANDRÉS AGUILERA
Escena y representación de ‘Payasos’ del grupo teatral La Noria en 1978. ANDRÉS AGUILERA La Voz
Pepe Cazorla
19:16 • 15 mar. 2024 / actualizado a las 20:15 • 17 mar. 2024

La base de un pueblo está en la cultura, sin esta, difícilmente progresará. La cultura conciencia y responsabiliza a quien la posee. En el grupo de teatro local La Noria no había directores ni responsables de áreas concretas. Sus miembros se ocupaban de captar un importante número de libretos teatrales, entre los que elegían sus próximas representaciones. 



Era un grupo de amigos, de entusiastas en el que cada uno aportaba lo que sabía y lo que podía en función de su tiempo. Un grupo autónomo en todos los sentidos. En día de estreno tenían que hacer de taquilleros, acomodadores, instaladores de sillas, cables, luces y decorados. 



Casi siempre han tratado de hacer reír al público, ya que la mayor parte de sus representaciones tenían lugar durante las fiestas. Por eso la comedia abundaba en el repertorio, aunque también existían ejemplos de otros géneros. 



El grupo, de inicio, lo formaban  gente joven que eran amigos y que comenzaron en el verano de 1975 a ensayar su primera obra. Por entonces eran el único grupo existente en Adra, y cuyos proyectos en mente eran, organizarse como grupo estable para aumentar la afición local creando un ambiente en las escuelas y darse a conocer en algunos de los pueblos almerienses. 



Comenzaron sin tener un nombre en concreto y como era necesario sellar las primeras entradas para su debut, eligieron el sello de una tienda, ocultando el nombre del establecimiento, pero… se les escapó el nombre de la calle: La Noria. Les gustó, y se lo dejaron.



La primera obra que hicieron y representaron fue en 1976 ‘En un lugar de Alemania’, de Chamizo, cuyo tema era la crítica a la emigración. La segunda obra fue ‘Sombrero lleno de lluvia’, sobre la temática de la droga. La tercera fue ‘Payaso’, de Antonio Velasco. Y así, sucesivamente muchas más representaciones. 



Recibieron buena crítica local e inclusive de alguno de los miembros de la compañía de teatro Tirso de Molina, que representarían a la par en Adra, dentro de los festivales populares. 



Son inicios duros. Apenas se cubren gastos y algunos años hasta les cuesta dinero. Los salones parroquiales es lugar de ensayo para el poco tiempo del que disponen sus actores, ocupados en la vida cotidiana en trabajos tan dispersos como podían ser policía municipal, empleado de banca, comerciante o estudiante. Entre los componentes de La Noria estaban entre otros Ana María Callejón, Gádor Escudero, Francisco Rivera, Andrés Aguilera, Rufino Fernández, Francisco A. Tendero, Francisco Manuel Callejón, Juan Carlos Marmolejo, María Dolores Doñas, Isabel Molina, Encarna Escudero, Joaquín Soriano, Agustín Espinosa, Encarna Bogas, Luis Carballo, y el niño Francisco J. Tendero. Luego vendría una actividad permanente que rebasaba en ocasiones más allá de los límites de Adra. 


En 1985 el grupo y dentro de la Asociación Cultural Garum, cumple los diez años de vida. Desde la lucha por la supervivencia donde sólo se podía ensayar en verano al no haber recintos cerrados apropiados, hasta la consolidación del grupo como uno de los de corte aficionado más antiguos de la provincia haciendo crecer su inicial cartelera y uniéndose al elenco de actores: Felipe Toledano Acosta ‘Brother’, Mari Encarna Pomares, Francisco Toledano, José Suarez, Francisco Cejudo o Manoli Nadal. 


Imprimían un tipo de línea especial en sus actuaciones y con contenido para que la gente les siguiese. En la obra de ‘La tía de Carlos’ le dieron una caída andaluza y no inglesa que los asistentes supieron apreciar. Lo que más les gustaba y así fue, era actualizar y ambientar las obras, creado un público que cada año iba en aumentando. Más de 1.000 personas se dieron cita para presenciar la comedia ‘Una casa de líos’ del autor Álvaro Portes.


Interpretaban comedias, porque bastantes problemas tenía la gente. Uno de sus trucos más utilizados por este grupo, para captar la atención del espectador era la improvisación a posta. Cambiaban el nombre de las calles por los de otras existentes en la realidad. También incluían en las obras nombres de vecinos o conocidos en cada pueblo


En mayo de 1995 consiguen un rotundo éxito representando la obra ‘No le busques tres piernas… al alcalde’ obra teatral que ponen en escena en el recién inaugurado Centro Cultural de Adra. Su última puesta en escena fue la obra ‘La extraña pareja’. Pese al parón, La Noria sigue girando en mi mente, quizás, por una posible vuelta.



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