Roquetas de Mar

Perdonada una deuda de 40.000 euros a una divorciada

La Asociación de Ayuda el Endeudamiento logra acabar con su angustia al aplicarse una nueva Ley

La sentencia ha sido emitida por el Juzgado número 1 de Roquetas de Mar.
La sentencia ha sido emitida por el Juzgado número 1 de Roquetas de Mar. Archivo La Voz
Antonio Fernández
10:09 • 02 nov. 2022

Una mujer almeriense, divorciada y con cuatro hijos a su cargo, ha visto cómo el Juzgado de Primera Instancia e instrucción número 6 de Roquetas fallaba a su favor y con ello conseguía que le fuera ‘perdonada’ una deuda de cerca de 40.000 contraída tras la separación de su pareja en el año 2008.



La sentencia es consecuencia del procedimiento instado por los letrados de la Asociación de Ayuda al Endeudamiento tras comprobar que la mujer, que mantenía a sus cuatro hijos “por la escasa implicación de su ex pareja”, estaba en una situación insostenible que afectaba tanto a su economía como a su salud.



Nueva norma legal



El letrado de la Asociación de Ayuda al Endeudamiento, Pepe Jiménez, afirma que el caso de esta almeriense podía acogerse a la nueva Ley de la Segunda Oportunidad y la organización se puso en marcha para conseguir la condonación de la deuda.



Un procedimiento seguido por el Juzgado de Roquetas al que se aportaron datos de una deuda asumidas por la mujer tras el divorcio, que le supusieron la imposibilidad de hacer frente a los pagos de la hipoteca, que finalmente fue embargada y,  a pesar de ello, quedó una deuda pendiente de alrededor de 37.000 euros.



La mujer había asumido al 50 por ciento de las deudas conyugales, pero durante años se le acumularon las reclamaciones, lo que le supuso numerosos impagos de la deuda y varias amenazas de embargo, entre ellas el de su vivienda, que finalmente fue ejecutado.



Su abogado señala que el embargo fue “imposible de parar y la vivienda acabó siendo adjudicada al banco acreedor”. Eso no acabó con la deuda ya que la liquidación no saldó la deuda y le seguían reclamando casi 40.000 euros que, según Jiménez, “teniendo en cuenta que tenía cuatro hijos que mantener y que sólo contaba con sus ingresos por incapacidad, por sí sola era inviable que pudiera solucionar el problema”.



Ahora, tras quince años de sufrimiento, el Juzgado le ha concedido el BEPI (Beneficio de Exoneración del Pasivo Insatisfecho) y ya puede respirar tranquila.


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