Suflí

El albañil que construye un Suflí en miniatura

Nano lleva más de una década recreando casas de su pueblo en un solar al que llaman ‘Suflicito’

Francisco G. Luque
10:04 • 30 dic. 2021 / actualizado a las 11:46 • 31 dic. 2021

Hace casi dos décadas, cuando circulaba por carretera en su moto, Juan Carlos Martínez Martos sufrió un atropello que le tuvo de baja un año y tres meses. Este albañil, que actualmente tiene 45 años de edad, se recuperó poco a poco en casa de su madre, Margarita, donde evitó el tedio de los largos días sin poder trabajar aprovechando al máximo sus conocimientos, aplicándolos a pequeña escala.



"Pasé la baja en casa de mi madre y me traía piedras y empecé a hacer la iglesia del pueblo y luego algunos cortijos", comenta este trabajador de la construcción residente en Olula del Río pero nacido en Suflí, localidad cuyos edificios más conocidos lleva recreando en miniatura desde que aquel accidente le otorgase, por verle un lado bueno al suceso, tiempo e inspiración.



La Iglesia de San Roque, el ayuntamiento, el lavadero, la fuente, la Ermita de la Cruz y la de San Roque e incluso la casa en la que nació Nano, como suelen llamar al constructor de estas edificaciones a escala que "no son réplicas exactas", pero a las que no les falta ningún detalle, están ubicadas en una especie de terraplén desde el que se divisa prácticamente todo el núcleo urbano de esta localidad del Valle del Almanzora



Todo se basa en su trabajo en la obra



"Todo lo que utilizo para hacer estas casas, que suelen tener el tamaño de un bloque de cemento, es material reciclado. Los azulejos que quitamos de algunas obras, en vez de tirarlos, si están bien me los llevo y los corto. Lo único que compro es cemento cola", afirma Juan Carlos, cuyo proceso de construcción de estas casas a escala es el mismo que suele seguir en su oficio real. "Todo lo hago igual que en la construcción, me he fabricado hasta herramientas también a escala con una cucharilla de café, también tengo una paleta, un palustre y una plana en miniatura para trabajar estas casas mejor", dice.



Desde que acabó aquella baja por el accidente, Nano aprovecha un par de horas que puede sacar cada sábado o domingo para dedicarle tiempo a este hobby que tanto le apasiona. "He estado varios años sin hacer ninguna. Ahora estoy con la escuela, que lleva diez ladrillos del cuatro, con sus escaleras, losas, rodapié y puertas. En un futuro me gustaría hacer también el ambulatorio, la almazara y por lo menos la fachada de la Casa Grande", admite. 



Un reclamo turístico



Empezó poniendo la Iglesia, "que la tuvimos que subir con un carrillo de lo que pesaba", en un solar que es del Ayuntamiento de Suflí y le pilló el alcalde del municipio. Desde aquel momento, el mandatario del consistorio del que Juan Carlos también es edil, le animó a seguir haciendo esas 'pequeñas' casas. Con el paso del tiempo, al ya hacerse cada vez más conocidas sus laboriosas y llamativas construcciones a escala, fueron los vecinos los que hacían peticiones específicas a este albañil suflireño.


"Aquí sube gente todos los días para ver si se ha puesto algo nuevo. Incluso los críos aprovechan para jugar con sus playmobil y alguna vez se ha roto algo o se han llevado un muñeco. Como mi madre vive al lado, siempre es la que vigila, se asoma y le dice a la gente que no toque las cosas", asegura Martínez, a cuyos oídos ya ha llegado que la Junta de Andalucía ya ha puesto su mirada sobre 'Suflicito'.


Y es que el pequeño Suflí, creado por este 'Gulliver' del Almanzora, se ha convertido en todo un reclamo por su originalidad y realización artesana, tanto en este municipio de menos de trescientos habitantes como en su comarca y otros puntos de una provincia de Almería en la que cada vez despierta más interés. "Ya se está hablando de poner vallas, para que haya cierta seguridad, y arreglar el camino de acceso para que pueda ir a verlo todo el mundo. También me gustaría hacer otra explanada", reconoce Juan Carlos.


La ayuda de Francisco Martos, el hombre que vino de Francia

Para Juan Carlos Martínez, hacer estas casas es un pasatiempo, una afición más que saludable a la que ha querido animar, desde que empezó a construirlas, al resto de los habitantes de Suflí, "pero nadie se anima". Pese a ello, no se ha sentido siempre solo en esta labor.


Hace un tiempo llegó al pueblo Francisco Martos. Vino desde el país galo y se compró casa en Suflí, porque su familia era de esta localidad del Almanzora. Al ver las casas que hacía Juan Carlos, se enamoró de ellas y quiso poner su granito de arena. "Puso las luces y cogió su pincel para pintar las casas. Ha tenido la idea de poner una cámara on-line para que pueda ver siempre todo el mundo este pueblo en miniatura", comenta sobre 'el francés' que ha dado color a 'Suflicito', un municipio en miniatura que Nano comenzó cuando su hija tenía 6 años. Ahora ella tiene 23 y hace las fotos a su padre para este reportaje, posando junto a las casas que han dado vida a un solar hacia el que ahora mira todo el pueblo de Suflí.

 


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