Vícar

Repoblando la sierra de Gádor a ‘bombazos’

Cientos de escolares plantan árboles y lanzan bombas de semillas en la Sierra de Gádor

Un día en el campo desde primera hora de la mañana se preparó el escenario para dar cabida a esta actuación.
Un día en el campo desde primera hora de la mañana se preparó el escenario para dar cabida a esta actuación. La Voz
Antonio Fernández
11:24 • 16 ene. 2020

Una iniciativa nacida de la mano del CEIP Federico García Lorca de Vícar, que ha contado con un amplio respaldo social, empresarial e institucional, llevó ayer a varios centenares de escolares de la comarca del Poniente almeriense a una acción de reforestación en plena Sierra de Gádor.



Se trataba de plantar en una zona acotada de la serranía en torno a 500 árboles y de lanzar ‘bombas de semillas’ sobre los suelos para permitir que la vida se abra paso y se recupere una zona que ya sufriera hace unos años los rigores de un incendio forestal.



Sumando



En la iniciativa se han implicado, junto al CEIP, la Junta de Andalucía, Vicasol o Biosur, empresa de control biológico encargada de suministrar los pinos carrasco, los acebuches y los algarrobos que desde ayer forman parte del entorno natural de la sierra, que además aportó todo su equipo técnico para ayudar en la repoblación.



Junto a ellos una larga lista de ‘colaboradores necesarios’, entre ellos Asprodesa, Plena Inclusión, la cadena Senator Hotels&Resorts, Lupión y Rodríguez, Fapace, el colectivo El Árbol de las Piruletas, José Antonio Arcos, el Instituto de Enseñanza Secundaria Sierra de Gádor o la asociación Grupo Ecologista Mediterráneo, que aportó ejemplares del calendario de 2020 dedicado a las Albuferas de Adra.



Desde la Junta



Además el proyecto forma parte del programa Aldea de la Junta de Andalucía que tiene entre sus objetivos primordiales hacer frente al cambio climático con intervenciones en el medio natural o en los espacios educativos.



A la acción acudía la delegada territorial de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, Aránzazu Martín que explicaba que con este tipo de actuaciones “estamos continuando con la labor de concienciación y lucha directa a favor del medio ambiente que se viene desarrollando tras los incendios de los últimos años ocurrido en la zona y que van eliminando parte de la cubierta vegetal de Sierra de Gádor, disminuyendo la capacidad de carga de los acuíferos que sostienen la vida de la población del campo de Dalías”.


De esta forma, ha asegurado la delegada territorial “se trata de una acción que une y cuya finalidad es conservar el Espacio Natural Sierra de Gádor como soporte de la vida de la población de la comarca del Poniente almeriense”.

Plan de acción 

La actividad de ayer forma parte de un proyecto diseñado por el profesor de la Escuela Agraria de Vícar Alberto Urea cuyo objetivo, a largo plazo, “es recuperar los acuíferos sobreexplotados y salinizados del Campo de Dalías a través de la recuperación del estrato arbóreo de la Zona de Especial Conservación Sierra de Gádor y Enix, involucrando al sector agrícola, a centros escolares y a colectivos y asociaciones de la provincia”.


Para los escolares

Es ademas una actividad transversal ya que conjuga la concienciación medioambiental de los escolares con la puesta en valor de una iniciativa crucial en el campo almeriense que cuenta con la participación de una población altamente sensible como son los niños.


El desarrollo del programa llevó a una zona elevada de la Sierra de Gádor a alrededor de dos centenares de alumnos de los centros educativos y a un nutrido grupo de personas de la asociación de discapacitados Asprodesa. Esa implicación directa fue uno de los mejores ‘regalos’ para estos voluntarios que se sintieron implicados en la labor de reforestar la sierra y ayudar a la mejora de la situación ambiental de las montañas y de los acuíferos.


Alberto Urea explicaba a los menores que hace 150 años Sierra de Gádor era un poblado bosque que desapareció por la necesidad de madera de la minería, “y lo que pretendemos ahora es ir recuperando este entorno, reforzar la cubierta vegetal que, al fin y al cabo, es la mejor defensa contra los riesgos de avenidas e inundaciones en caso de lluvias torrenciales”.


Una actividad que entronca con la necesidad de construir un mundo mejor.


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