La talla de una virgen enfrenta a los vecinos de La Curva con el Obispado

La talla de una virgen enfrenta a los vecinos de La Curva con el Obispado

María Torres
22:16 • 13 oct. 2011
La talla de la Virgen de la Vega ha enfrentado a los vecinos de La Curva con el Obispado de Almería. Desde que el pasado mes de julio descubrieran que la imagen no había sido restaurada, sino que le habían entregado una nueva, se sienten “engañados” y exigen el regreso de la patrona a la que llevan más de treinta años venerando. La Diócesis, por su parte, considera “inviable” su rehabilitación por las “pésimas condiciones” que presenta, pero ni confirma ni desmiente el futuro inmediato de la virgen.

A la espera de acordar nuevas concentraciones para conseguir que la talla original regrese a este barrio de Adra, los fieles aseguran que “no nos vamos a conformar”. “Queremos nuestra virgen porque las Hermanas de la Caridad hace 30 años se la dieron a un sacerdote que antes de irse la dejó donada al pueblo”, explica María López como portavoz de los vecinos que dicen sentirse “indignados” por la postura adoptada por la Diócesis de Almería.

“El 10 de julio la Virgen sale en procesión y nos damos cuenta de que no era la misma”, relata esta mujer que lleva toda su vida vistiendo la talla para sus desfiles procesionales. “Esa misma noche descubrimos el pastel porque el interior era de madera y no de escayola como nuestra Milagrosa”, detalla. Conscientes del “cambiazo”, solicitaron información al Obispado sobre el paradero de la talla original y sobre su regreso a La Curva. “El vicario nos dijo que ni la podíamos ver ni sabía si iba a volver”.

La Curva es una de las barriadas más pobladas de Adra y, desde hace diez años, sus vecinos colaboran con la financiación de un templo religioso destinado precisamente a venerar a su patrona, la Virgen de la Vega. “No damos ni un duro hasta que la Virgen no vuelva”, sentencian los fieles de este barrio abderitano.

Ante las críticas que ha levantado la ausencia de la Virgen de la Vega en Adra, desde el Obispado ha aclarado que el párroco de La Curva fue el encargado de comunicar durante la misa a los fieles la adquisición de una nueva imagen el pasado mes de abril “dado el estado de deterioro” de la imagen original . “Es normal que los que no participan de la vida ordinaria de la parroquia no tuviesen conocimiento de la decisión”, apostillan desde la Diócesis de Almería. Asimismo, el Obispado denuncia la “presión inaceptable” que está recibiendo por parte de “un pequeño grupo de personas” que intenta imponer su criterio “desde un foro distinto al eclesial” y respalda la actitud del párroco. “Sólo a la Iglesia compete discernir qué obras están de acuerdo con la fe, la piedad y las leyes religiosas”, matiza.






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