Roquetas de Mar

Juez autoriza el cambio de nombre de un niño de 12 años transexual

El Juzgado de Roquetas de Mar lo autoriza para proteger “el interés del menor y su integración“

Familias con hijos transexuales en Almería (hay, al menos, otras tres familias).
Familias con hijos transexuales en Almería (hay, al menos, otras tres familias). La Voz
Javier Pajarón
07:00 • 06 ago. 2018

El ejemplo de un niño de 12 años de Roquetas de Mar ilumina el camino de la defensa de los derechos de la comunidad transexual. Nació como niño. Vive como niño. Y ahora podrá también escribir su nombre de niño en su documento nacional de identidad.



El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número Uno de Roquetas de Mar, con funciones de Registro Civil, ha autorizado oficialmente el cambio de nombre del pequeño y marca un hito judicial en la provincia de Almería (apenas un puñado de casos anotados en Andalucía).



La juez acepta íntegramente las alegaciones presentadas por los padres del chico para confirmar legalmente lo que, en la práctica, era una realidad asumida con naturalidad en su entorno familiar y académico.



Además, la juez cita como argumento para sostener su decisión “el interés del menor y su mejor integración social”, según  un auto consultado por LA VOZ DE ALMERÍA y dictado el pasado mes de junio.



La familia aportó numerosos documentos para acreditar la necesidad de un cambio de nombre que, de algún modo, corrigiera el ‘error’ de su DNI. Su nombre masculino, plenamente aceptado desde corta edad, aparece en su boletín de calificaciones escolares, en el carné de biblioteca y en la solicitud de matrícula.



Además, un informe del Servicio de Endocrinología Pediátrica del Complejo Hospitalario de Torrecárdenas, elaborado en septiembre del año pasado reconocía su nombre de varón. 



Identidad de género



Más aún, los padres aportaron un completo informe pericial elaborado por el psicólogo Miguel Arranz para acreditar la identidad de género del chico. El documento ahonda en el perfil del pequeño e insta a un reconocimiento ‘legal’ de la realidad diaria. Un niño con nombre de niño.


“Tiene identidad de género masculino, que no se corresponde con la identidad que se le asignó al nacer”, detalla el doctor. “La falta de reconocimiento de esta identidad de género supone un elemento que dificulta el pleno y libre desarrollo de su personalidad, así como su realización personal, individual y social”. El informe concluye que las trabas legales para el reconocimiento de la identidad del chico transexual supondría “un importante sufrimiento psicológico y dificultades en distintas áreas de su vida”. 


La juez de Roquetas de Mar recoge este fragmento del informe pericial en su auto y autoriza el cambio de denominación en el Registro Civil para proteger los derechos fundamentales del menor de 12 años de edad. 


En este sentido, la decisión cuenta con el visto bueno del Ministerio Fiscal, que se pronunció favorablemente a la petición de los tutores.

La auto pone su grano de arena en un debate complejo y activo.  La Ley de Rectificación Registral (3/2007 de 15 de marzo) reconoce el derecho de corrección de “la mención registral del sexo” solo a los mayores de edad (artículo 1). “La rectificación del sexo conllevará el cambio del nombre propio”. 


Propuestas

Los menores, en cambio, se enfrentan a la necesidad de solicitar el permiso de sus padres y, a menudo,  de presentar informes médicos aduciendo “disforia de género”, un término polémico puesto que supone admitir un rechazo al propio cuerpo (muchos no tienen ese rechazo y consideran el término “patologizante”). 


Y, aún así, muchos menores de edad transexuales topan con la oposición de los tribunales al cambio registral de su identidad. De hecho, la Asociación de Familias de Menores Transexuales Chrysallis apenas tiene anotados unas decenas de casos en España, si bien cuando se trata sólo de cambio de nombre, la mayoría de las solicitudes son autorizadas.


A finales de 2017, el Congreso de los Diputados debatió una proposición de ley presentada por el PSOE para “la rectificación registral de la mención relativa al sexo y nombre de los menores transexuales”. Incluía bajar la edad a 16 años para solicitar el cambio sin autorización paternal. La moción contó con el único el rechazo del Partido Popular.


El pasado mes de febrero, el grupo parlamentario de Unidos Podemos dio un paso más allá y registró un proyecto de Ley Integral de Transexualidad que ampliaba las garantías legales. 

Asumía la bajada a los 16 años como norma general y abría la puerta, incluso, a edades más tempranas cuando se considere que existen “suficientes  condiciones de madurez” en el menor. 


Además,  se prescindía del requisito del informe psicológico y del tratamiento hormonal o quirúrgico. El nombre aparecería en su DNI, en su pasaporte y en su documento de la Seguridad Social y también su género. La propuesta está sobre la mesa.


Mientras, pequeños pasos como el dado en Roquetas de Mar acortan el camino de la igualdad de derechos. Contra la discriminación.


“Nuestros hijos no están atrapados en ningún cuerpo”

La naturaleza muestra un ejemplo espectacular de metamorfosis en cierto tipo de insectos. Las crisálidas (del griego chrysós, “oro”) se desarrollan poco a poco en el interior de un capullo hasta transformarse completamente en una mariposa. 


Chrysallis toma el nombre e la inspiración de este fenómeno biológico para defender los derechos de los menores transexuales y sus familias. Ruth Becerro es delegada de la asociación en la provincia de Almería.


“Queremos derribar estereotipos a través de la visibilidad y la educación. Hay que acabar con un discurso patologizante, la transexualidad no es una enfermedad ni un trastorno. Nuestros hijos no están atrapados en ningún cuerpo, tienen un cuerpo sano y saludable; no digamos más que están en cuerpos equivocados”, señala Becerro en declaraciones a LA VOZ DE ALMERÍA.


La asociación está extendida por toda España y ofrece acompañamiento a los menores transexuales y a sus familias. Además, se erige como un interlocutor frente a las Administraciones. Entre sus principales demandas está el reconocimiento de la diversidad en el ámbito educativo.


“La sociedad es diversa y la diversidad sexual tiene que estar necesariamente en los materiales curriculares”, indica Ruth Becerro, también implicada en la dirección regional de la entidad en Andalucía.  “El material tiene el visto bueno de la Junta de Andalucía, pero actualmente la ley no obliga a impartirlo en los centros educativos y estamos a expensas de la buena voluntad del profesorado de turno”, lamenta.


Concienciación
Para paliar estas carencias normativas, Chrysallis se implica directamente y ya ha realizado dos charlas en la provincia de Almería con información básica sobre diversidad sexual. El objetivo es ampliarlas en el futuro y seguir apostando por la tolerancia. 


“Los menores hacen un ‘tránsito’ personal, pero en realidad es el entorno el que hace el tránsito social”, destaca. Por eso mantienen el pulso en el ámbito académico e insisten en la incorporación en la normativa de situaciones ahora desatendidas.


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