Mejora la calidad del agua del grifo gracias al aporte de la desaladora

El plan municipal es que en unos meses el 80 por ciento del agua sea desalada

Planta desaladora de agua del mar en Balerma
Planta desaladora de agua del mar en Balerma
Antonio Fernández
01:00 • 25 ene. 2017

Roquetas de Mar ha logrado reducir la conductividad de todo el agua que se consume en el municipio por debajo de 2,5 ms/cm en todos los barrios, gracias a la introducción del agua desalada que se inició en septiembre de 2015 y que se ha ido aumentando paulatinamente.




Tal como muestran los datos expuestos por el alcalde, Gabriel Amat, antes de la entrada de agua desalada, los niveles de conductividad -es decir, la salinidad del agua- se encontraban entre un 3 y un 4,3; parámetros "que nos indicaban que el agua era apta para consumo pero con incumplimientos, por lo que corríamos el riesgo, si continuábamos abasteciendo al municipio con agua de los pozos, de superar los niveles máximos permitidos por la Junta, tal como la administración nos llegó a avisar en varias ocasiones, una situación que habría sido muy perjudicial para el sector turístico", explicó Amat.




Suministro
Por ello, desde el pasado agosto, continuó la ejecución de obras hidráulicas en el municipio con el objetivo de maximizar la incorporación de agua desalada al sistema de abastecimiento en todo el término municipal. Unas obras que han permitido que actualmente el volumen de agua desalada suponga entre un 60 y un 70 por ciento del total suministrado diariamente.




"Nuestro objetivo, tal como anunciamos el año pasado, es que este porcentaje ascienda hasta el 80 pòr ciento y de manera similar en todos los barrios", señala el alcalde. Por ello, en las próximas semanas está previsto el inicio de los últimos trabajos que culminarán antes del verano, con la construcción de otra tubería que ya tiene permiso del Ayuntamiento de Vícar y que permitirá que el agua desalada llegue a Cortijos de Marín y La Urba en la misma proporción a como lo hace en Aguadulce, El Parador y Roquetas centro.




Todo ello con una tasa de agua que mantiene a Roquetas lejos del precio que soportan otras ciudades que cuentan ya con agua desalada. "Partíamos de un precio bastante bajo, que no se había modificado desde 2010. Por ello, a pesar de que hemos tenido que subir el precio, nos encontramos al mismo precio que municipios de nuestro entorno que, en el momento en el que comiencen a introducir agua desalada, se verán obligados a incrementar sus tasas".







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