Sabores milenarios de Adra

Llega a FITUR una “historia gastronómica milenaria”, recogida en el proyecto Adra KMCERO

Adra cuenta con una rica gastronomía.
Adra cuenta con una rica gastronomía. La Voz
M. R. Cárdenas
07:00 • 22 ene. 2020

En algún momento de la historia, hace 30 siglos, alguno de los pueblos que habitaron las tierras abderitanas comenzó a ‘cocer’ en este municipio con olor a mar una historia gastronómica que hoy, en 2020, llega a FITUR de la mano de Adra KMCERO, un proyecto impulsado por el Ayuntamiento abderitano y que tiene sus propios retos para impulsar la ‘Ciudad Gastronómica’. Proyecto financiado al 80% con fondos europeos (Feder) y el 20% restante por parte del Ayuntamiento.



La gastronomía abderitana, marcada por su cercanía con el mar y por la agricultura, se puede comprender por su pertenencia a distintas escalas de identidad, entre las que destaca la mediterránea, una cocina de prestigio mundial y reconocida por la calidad de sus productos, que cobra su máxima expresión en una tierra donde los platos como el Tazcaburras, a base de bacalao; el pimentón con boquerones o el choto al ajillo, sin olvidar el pulpo seco o los dulces pestiños, configuran una cocina con miles de años de historia y que evidencian de que lo tradicional no pasa de moda. 



Del mismo modo, la ciudad de Adra también recoge en su rica cultura gastronómica suculentos manjares más vanguardistas, como el paté de pescado, e incluso bebidas espirituosas, como el ron de caña con el que el municipio quiere reivindicar la tradición azucarera. Adra tiene mucho que ofrecer al visitante y FITUR 2020 será testigo de ello durante cinco días, los mismos que el salitre abderitano se respirará en Madrid.


La historiaLa gastronomía abderitana se puede comprender por su pertenencia a distintas escalas de identidad. La escala más general es la mediterránea. Una cocina de prestigio mundial, por la calidad de sus productos, por ser equilibrada y saludable, y porque actúa como tarjeta de visita de un mundo atractivo, deseado y que se asocia con el más depurado concepto de “calidad de vida”.
La gastronomía mediterránea, con sus variantes regionales, resulta de la concurrencia de tres entornos productivos: el mar, la huerta y el monte. La visibilidad de los productos en el plato, que se suele denominar “honestidad” es una de sus principales características.
Dentro de la “región” del sureste, el entorno inmediato de Adra es el alpujarreño. Esta comarca montañosa prelitoral tiene unos rasgos climáticos (aridez atenuada, extensión de los sistemas de riego) e históricos (permanencia de la impronta musulmana y morisca, aislamiento que ha acentuado sus rasgos identitarios) muy marcados, lo que le otorga una gran personalidad, dentro de sus otras escalas de identidad. 
A esas escalas de pertenencia hay que sumar en el caso de Adra sus matices costeros, pesqueros, portuarios y la gran profundidad de su experiencia histórica, que nos permite trazar o diseñar itinerarios gastronómicos a propósito de una experiencia didáctica. Aunque todos los platos de la tradición gastronómica presente en Adra contienen rasgos de esta identidad escalar, si lo que se pretende es facilitar el acto de comunicación sobre los significados, hay algunos platos que contribuyen mejor a esos propósitos.








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