Crecimiento e innovación en el sector hortofrutícola

El avance tecnológico, clave en el crecimiento del sector hortofrutícola de la provincia

Mari Carmen Galera
07:00 • 01 abr. 2019

Mari Carmen Galera



Directora general del Centro Tecnológico Tecnova



La evolución de la tecnología en este último medio siglo ha ido a niveles de vértigo. Como aquel que dice, hace dos días mirábamos el primer ordenador que entró en casa o el primer móvil de maleta que llevábamos a cuestas.



Hoy día no pasa ni apenas tres días para que aparezca en el mercado algo novedoso y futurista en cualquier sector productivo, ya sea una aplicación nueva, un robot que apague la luz con la propia voz de uno mismo, automóviles autónomos…



El sector hortofrutícola ha crecido paralela a esta gran revolución, dando fruto a centros tecnológicos que dan lo mejor de sí para unir el sector de la industria y servicios auxiliares de la agricultura con la finalidad de generar más conocimiento y mejorar la competitividad del sector. Como es el caso de Tecnova, centro tecnológico de reconocido prestigio por empresas e instituciones tanto de nivel nacional como internacional. Recién cumplido su mayoría de edad se ha convertido en el principal centro agroindustrial andaluz que abarca toda la cadena de valor desde las semillas hasta la tecnología de producción, cosecha, postcosecha y transformación hortofrutícola.



Este sector se envuelve de un conglomerado de actividades muy complejo, en el que incluye tanto actividades industriales como de servicios vinculados a la agricultura intensiva abasteciéndolas de inputs intermediarios como plásticos, semillas, sistemas de riego, envases de cartón, abono orgánico o complementos en la cadena de valor.



Tecnología de producción hortofrutícola



Si nos ubicamos en la Comarca del Poniente almeriense y pasamos a cámara rápida desde el 1978 hasta hoy podemos ver un cambio radical en el paisaje y en los usos del suelo, dando lugar al conocido “mar de plástico”. Kilómetros de invernaderos en el que predominan los invernaderos de tipo parral, aunque también se encuentran invernaderos de tipo industrial.


Hablamos del mayor centro de producción hortofrutícola bajo invernadero del mundo, compuesto por una “atmósfera industrial” que facilita una dinámica innovadora, genera la acumulación y difusión rápida de conocimientos, y es motivo de atracción para la localización de nuevas actividades y empresas.


Además, hay que contar con otras series de avances tecnológicos, como sistemas de riego por goteo, sistemas de cultivo sin suelo o hidroponía, nuevas variedades híbridas de semillas mejoradas, mayoría de productos fitosanitarios y en los fertilizantes, incremento en la maquinaria y en las prácticas culturales, etc. que se han ido uniendo a lo largo de la evolución de esta agricultura intensiva.


Asimismo, se implantan nuevas técnicas para la optimización de los recursos ya sea dedicadas al ahorro de agua, de energía, de insumos, etc. Como es el caso del ensayo de estrés híbrido en el que colabora Tecnova junto con EcoCulture, con la finalidad de producir más tomate con una disminución de la dotación hídrica.


Además surgen nuevas herramientas enfocadas a una agricultura sostenible mediante la utilización de Sistemas de Ayuda, como es el caso de los modelos predictivos. Hablamos de un modelo de datos en el que a través de un algoritmo podemos conocer las necesidades exactas para mantener la planta en un estado óptimo, dicho sistema nos muestra los resultados más idóneos para la mejora de la planta dependiendo de la modificación de las variables que se realicen.


Gracias a los avances en las tecnologías de información y comunicación surgen avances y esfuerzos tecnológicos enfocados al área de la agricultura de precisión, como el conocido Internet of Things (Iot), sistema de monitoreo mediante sensores con el fin de automatizar las máquinas y tecnologías de una forma más precisa. El Centro Tecnológico Tecnova aplica estas nuevas tecnologías de la información y comunicación para la monitorización de procesos de postcosecha y en la producción de cultivos.


Tecnología de post cosecha, envasado y de desarrollo gastronómico

Surgen nuevas tecnologías para la conservación de frutas y hortalizas con el fin de evitar los cambios físicos, químicos y microbiológicos que presentan tras su recolección y que llevan indeclinablemente a la pérdida de calidad y aceptabilidad durante su comercialización.


Paralela a esta evolución tecnológica emanan nuevas tendencias de consumo y se desarrollan productos eco-sostenibles sustitutivos a los tratamientos físicos de higienización tradicionales y a las tecnologías de conservación y de envasado.


Surgen nuevos productos de IV y V Gama, dedicados a un consumidor que tiene menos tiempo para cocinar y se preocupa por una alimentación sana y saludable. A raíz de estas nuevas exigencias del consumidor brotan estudios sobre atmósferas protectoras y sobre distintos diseños de envasados, destinados para alargar la vida útil de las frutas y hortalizas.


En este sentido Tecnova tiene presente las necesidades y preocupaciones de los consumidores, colaborando con las empresas auxiliares de la industria agrícola para cubrir estas exigencias. De ahí surgen proyectos de innovación y desarrollo como la máquina desarrollada junto con la empresa Ingro Maquinaria, capaz de realizar tratamientos de desinfección y biosíntesis de compuestos saludables mediante la aplicación de luz UV-C.


Surgen conceptos como la trazabilidad y el Big Data aplicados a la postcosecha, modelos predictivos que se aplican para el control del producto en todos los puntos de la cadena de valor hasta llegar a manos del consumidor final. Gracias a sensores, a etiquetados inteligentes, a radiofrecuencias o detectores mediante infrarrojos se puede generar un control para conocer al milímetro la situación del producto y su tiempo de vida útil generando un valor añadido al fruto de cara al consumidor final.


Líneas de ensayos de campo

En el año 1956 se descubrió la técnica de enarenado, lo que supuso una revolución en la agricultura almeriense: consiguiendo la eliminación de la salinidad y alcalinidad y reduciendo la cantidad de consumo de agua entre otros efectos. Pasamos de unas tierras improductivas a miles de hectáreas dedicadas a la producción de frutas y hortalizas.


Conforme evoluciona la innovación, surgen nuevos tipos de cultivo como el cultivo en sustrato e hidropónico, destacando la Perlita, la Lana de Roca y la Fibra de coco. A parte, surgen nuevos sistemas de control climático y se desarrollan nuevas técnicas para la optimización de inputs agrícolas bajo invernadero.


Pasamos a una gestión del invernadero autónoma y a distancia en la que tanto el riego, el clima, el control biológico y el invernadero en sí están automatizados. Como es el caso del proyecto en el que participa Tecnova conocido como “Agronauta”, proyecto revolucionario en el modelo productivo de tomate en rama en el que un sistema robótico móvil inteligente se encarga de manera autónoma de la recolección y confección de ramos de tomate.


Además, Tecnova está inmersa en diversos proyectos de control remoto de producción Hortícola en Invernaderos, en el que colaboran con multitud empresas tanto de nivel nacional como internacional, como Grupo Hispatec y Nazaríes IT entre otros.

Como es el caso del proyecto Hortisis en el que Tecnova colabora. Se trata de un grupo de sensores alimentados mediante una placa fotovoltaica, que mide parámetros del suelo y del clima.


Otro proyecto es el Decid@rop, surge de la necesidad de mejorar la eficacia productiva en la horticultura protegida andaluza, basado en un mayor control de variables ambientales y de fisiología de planta y apoyado en el uso de las TICs. Consta de una cámara que se autoabastece a través de una placa fotovoltaica, dicho modelo se utiliza para predecir parámetros molfométricos del pimiento con el propósito de estimar el estado del fruto y su estado de madurez y así predecir su peso y su cambio de color.

El proyecto Internet of Food & Farm 2020 tiene el potencial de promover un cambio de paradigma, mejorando drásticamente la productividad y la sostenibilidad. Demostrará el valor añadido de las redes de objetos conectados a las web de forma inteligente, sensibles a las condiciones del entorno y con el potencial de poder ser identificados y controlados de manera remota en el sector agroalimentario. Tecnova, junto con más de 70 partners europeos, participa en el desarrollo de un escenario piloto de un cultivo de olivar con el fin de implantar diversas soluciones tecnológicas para obtener un control preciso de los factores que intervienen en la explotación del olivar basado en la monitorización de diversos elementos, tales como, necesidades nutricionales, hídricas, estados fenológicos, uso de maquinaria, tiempo dedicado a las labores culturales y costes, con la finalidad de facilitar la viabilidad de la explotación agrícola.


Servicios analíticos

Gracias a los avances en la innovación surgen actividades transversales a la agricultura hortofrutícola, como es el caso de la investigación de laboratorio dedicada a apoyar las necesidades que surgen en el sector hortofrutícola de ámbito nutricional y microbiológico.


Surgen nuevos servicios como la generación de análisis dentro del laboratorio que mejoran el producto en varios aspectos, estudian su seguridad alimentaria, además de realizar análisis agrícolas y de materiales de plásticos. Realizan estudios de parámetros nutricionales, físico-químicos, de sabor o la identificación y el análisis de componentes bioactivos y saludables que se encuentran presentes en los alimentos. Como es el caso del estudio de localidad y concentración de capsaicinoides, uno de los servicios que proporciona el Centro Tecnológico Tecnova. Se trata del estudio del compuesto químico de la capsaicina, un componente activo responsable del picor del pimiento y que además tiene un alto valor para la salud y en la industria alimenticia y cosmética.


Internacionalización

El crecimiento tecnológico impulsa la colaboración y puesta en común de ideas. Se precisa de un alto conocimiento de la situación del mercado con el fin de solventar todas las necesidades del sector hortofrutícola. Surge la globalización de la información, gracias a las TICs hoy día estamos sobrecargados de información de cualquier tipo, pero la globalización no sólo abarca la información, sino que además se abren los mercados mundiales con la capacidad de aportar valor añadido a cualquier empresa.


Años atrás era impensable que un producto de la provincia de Almería llegue a un pueblo del continente asiático, mientras que hoy día se exporta más de 3.000 toneladas destinado a países de la península arábica.


El CT Tecnova, que mantiene una política de expansión en proyectos de I+D a nivel nacional e internacional, fomenta estas inmersiones en diversos mercados mundiales, organizan acciones de promoción con la finalidad de ayudar a sus empresas asociadas de industria auxiliar de la agricultura a introducirse en nuevos mercados y de posicionar la tecnología española a un nivel competitivo y de renombre.



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