Almería tiene 500 bancos menos que cuando llegó la crisis de Lehman Brothers

Está entre las cinco provincias españolas donde más se ha ajustado el número de sucursales

Oficina del Banco Popular, cerrada, en Paseo de Almería.
Oficina del Banco Popular, cerrada, en Paseo de Almería.
Manuel León
22:48 • 09 oct. 2023

La revolución digital en el  sector bancario sigue imparable y el número de oficinas que cierran no deja de crecer desde hace 15 años. De hecho, Almería es una de las provincias donde más se ha notado el efecto acordeón de aperturas y cierres en los últimos tres lustros: al amparo de 2005 y del crecimiento sostenido de principios del siglo XXI, Almería llegó a sumar en 2008, antes de la crisis financiera, un récord histórico de 740 oficinas; una década después adelgazó hasta las 414 oficinas y a fecha de junio de 2023, según los últimos datos del Banco de España, el número de sucursales bancarias en la provincia de Almería es de 272. Es decir el desplomen en estos últimos 15 años ha sido de casi 500 oficinas menos, uno de los cinco derrumbes más acusados, en términos relativos, del mapa financiero español, junto a Barcelona, Valencia,  Zaragoza y Girona.  En torno a 65 pueblos, más del 60% del total de la provincia no cuenta en la actualidad con una sola oficina bancaria ni cajero automático. A pesar de los esfuerzos de Diputación Provincial y de entidades como Cajamar por mantener servicios financieros en la Almería rural con oficinas móviles, la brecha digital se ahonda cada año, sobre todo por el envejecimiento de la población que por su edad encuentra problemas para familiarizarse con la banca electrónica. Los recortes más significativos se han producido en CaixaBank producto de su fusión con Bankia, seguido de Santander y Sabadell.



La reducción de oficinas bancaras se ha producido igualmente en los países de la Unión Europea. Si se compara el ajuste llevado a cabo por el sistema bancario español con el de los principales países europeos, se observa que España sigue siendo uno de los países con mayor número de oficinas por habitantes. Otra de las revoluciones que ha provocado que cada ves sea menos necesario la presencia de oficinas físicas o de cajeros electrónicos es el  del pago mediante tarjeta o móvil de cualquier tipo de bien o servicio haciendo cada vez menos necesario el dinero en efectivo.



Aunque los últimos cierres se han producido en zonas urbanas, que no corren el riesgo de quedarse sin sucursales, los colectivos vulnerables, especialmente los de mayor edad, vienen alzando la voz al considerar que están quedando excluidos. 









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