Deretil tendrá que parar dos plantas de producción por el coste de la energía

Deretil, una de la primeras industrias de la provincia con fábrica en Villaricos, ha propuestos a los representantes de los trabajadores iniciar un procedimiento de Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que afectaría 27 empleados. La proposición, que se va a comunicar a las autoridades laborales y al Comité de Empresa, está razonada, según el fabricante de  productos farmacéuticos,  por “el incremento del precio de la energía y de las materias primas, que ha origina pérdida de competitividad y disminución de ventas”.

Añade la dirección de la empresa que “el incremento de los precios de la energía eléctrica y el gas respecto al precio medio de 2021 ha sido del 91% y 185, respectivamente y el incremento de las materias primas, de 124%.

Considera la dirección de la compañía que en 2023 Deretil dispondrá de unos precios más competitivos y se podrá recuperar la actividad que ahora se suspende. El ERTE afectar a dos áreas de producción: la A-9000, para la que se propone suspensión desde el 1 de agosto al 31 de diciembre 2022 y la A-4000, cuyo periodo de regulación sería desde 1 de octubre al 31 de diciembre 2022.

La empresa señala que, transcurrido un plazo máximo de cinco días desde ahora, se comunicará al comité de empresa y a la autoridad laboral el inicio del periodo de consultas que se llevará a cabo en un máximo de 15 días.

 Transcurrido éste, comunicará a ambos la suspensión de los contratos como medida preventiva ante la situación existente, una medida que, según apunta, espera “sea consensuada con los representantes de los trabajadores”. Explican también que “esta medida es esencial para el mantenimiento del empleo en la empresa”.

Deretil, que obtuvo unas ventas de 119 millones en 2021, emplea a una plantilla de 202 trabajadores entre la fábrica de Villaricos y las oficinas de Barcelona, además de otros 200 empleos indirectos. Su actividad es un soplo de vida para la economía de la comarca.

Deretil, fundada por la familia Garí, se estableció en Villaricos en 1968. En 1996 la vendieron, los Garí y Miguel Arimont a la multinacional holandesa DSM por 11.000 millones de pesetas. En 2008 la recompraron los directivos Luis Franquesa y José Cano, devolviéndole la españolidad y abriendo nuevas líneas de negocios vinculadas al agro.