La sequía encarece el agua para el turismo en el Levante

Con el cierre del Negratín, Galasa solo puede comprar agua a precio de oro a la Desaladora

Zona hotelera de Marina de la Torre, en Mojácar.
Zona hotelera de Marina de la Torre, en Mojácar.
Manuel León
08:59 • 12 feb. 2022

La sequía no solo está haciendo estragos en los campos de cultivo del Almanzora y el Levante almeriense. También puede lastrar el servicio de agua de abastecimiento que se prestará de cara a la próxima temporada estival, con  los hoteles y urbanizaciones, campos de golf y piscinas llenos durante la temporada alta, si la pandemia aplaca su fuerza como se pronostica que ocurrirá.



Los municipios levantinos como Mojácar, Garrucha, Turre o Pulpí toman el agua que les sirve Acuamed de la Desaladora de Carboneras y la complementan con la dotación de 7 hectómetros a la que tienen derecho del Trasvase del Negratín, que gestiona la sociedad Aguas del Almanzora. Este agua de la cuenca del Guadalquivir no llega desde el pasado 13 de julio que se cerró el Trasvase al bajar los niveles límites. Por tanto, la consecuencia es que, desde entonces, el agua se ha encarecido notablemente para la empresa Galasa que presta el servicio a la comarca, por encima de los 60 céntimos el metro cúbico. 



Otro tanto le ocurre a Vera, cuyo servicio de aguas urbanas lo presta la empresa Codeur. Pero las cuentas no salen al precio que pagan el agua desalada exclusivamente, sin el agua del Negratín, y es previsible que se pueda encarecer la tarifa para los consumidores finales.  Garrucha acaba de aprobar la rescisión de su contrato con Galasa para adjudicar el servicio de abastecimiento de aguas a la empresa Aqualia



El problema se puede agravar aún más cuando se  duplique la población en verano y la demanda de agua se multiplique. Los pueblos del Almanzora que están también enganchados a la red de Galasa están teniendo el mismo problema: el agua que se cobra no se ajusta al precio real, sobre todo, además por los incrementos de los costes energéticos para producir ese agua desalada por ósmosis que se transporta a cientos de kilómetros por tuberías. 



Ante esta situación, la sociedad de regantes Aguas del Almanzora está llevando agua del pantano de Cuevas del Almanzora hasta Olula y Albox por elevación inversa. Con las escasas lluvias caídas  en el último año, el pantano del Negratín, en la provincia de Granada, tiene un déficit de 70 hectómetros. “Sería necesario que lloviera torrencialmente en los próximos meses en bastantes ocasiones para que pudiéramos recuperar la dotación de esos 50 hectómetros que nos corresponden”, señalaban ayer representantes de los regantes del Almanzora.



Ante estas circunstancias adversas en la climatología, el Decreto de Sequía sigue en vigor en la Cuenca Mediterránea. Los riegos del Levante y el Almanzora se están pudiendo mantener a duras penas con el agua de la Desaladora de Carboneras, pero el Campo de Níjar tiene preferencia ante la zona del Levante.



El pantano de Cuevas, además, está próximo a presentar de nuevo ese aspecto lúgubre y enfangado de hace unos años con un remanente de agua que apenas llega al 7% de su capacidad.



Para paliar esta deprimente situación en las dos comarcas del Levante y el Almanzora, con una población de 132.000 habitantes y 24.000 hectáreas de cultivo, el Gobierno andaluz ha librado 7,5 millones para mejorar las conducciones y los bombeos entre el pantano de Cuevas y de la Desaladora de Carboneras. 



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