Los regantes sufren ya la nueva factura eléctrica con subidas del 30% del agua

Los agricultores verán aumentados de nuevo los costes de producción por el bombeo de los pozos

La electricidad es  vital para el riego agrícola.
La electricidad es vital para el riego agrícola.
Manuel León
11:49 • 05 jun. 2021

Los regantes almerienses son uno de los colectivos profesionales que más están sufriendo ya el tarifazo eléctrico que ha entrado en vigor esta misma semana a través de orden ministerial.



Desde la  Federación de Comunidades de Regantes de Almería (Feral) se apunta que la nueva factura está penalizando hasta un 30% más la subida del precio del agua para riego. “Si antes costaba diez céntimos el metro cúbico, ahora son aproximadamente 14 céntimos sacar agua del pozo con el motor”, expresa Feral. Los precios han subido de 30 a 100 euros el megavatio/hora. La consecuencia inmediata es que los costes de producción generales se incrementarán y el margen de negocio para el agricultor se estrechará.



Hasta ahora, las tarifas 1 y 2, más caras, no afectaban a los meses de verano, pero con la nueva Orden Ministerial esto también ha cambiado. “Solo se van a poder salvar los regantes, miles en la provincia, que tenga alta capacidad de almacenamiento en balsas y que rieguen por la noche”, señalan.



Una de las iniciativa que, en parte, puede neutralizar el aumento de factura, es que se permite cambiar de potencia dos veces al año con la comercializadora que se tenga contratado el servicio. Hasta ahora, solo se podía hacer anualmente una vez. Los regantes deben de estar pendientes también de las subastas y de los precios de mercado, a través de la comercializadora contratada. “Contratar a precio fijo es más caro, por eso hay que firmar un contrato variable”, indican.



Normalmente los regantes utilizan las horas valle para llevar a cabo los bombeos. De esta manera, se reduce el coste. Ahora, según explican, esas tarifas son más elevadas y por tanto, asumen un mayor coste.



Jorge Morales, ingeniero industrial y autor del libro ‘Adiós petróleo’, cree que los cambios van en la buena dirección y que, a largo plazo, conduce al ahorro al no tener que seguir incrementando las redes de abastecimiento. “Esa es la línea, que quien contamine, pague”, aclara.



La peor parte es que durante demasiadas horas al día, de diez de la mañana a dos de la tarde y de seis de la tarde a diez de la noche entre semana, deja a los consumidores con un precio demasiado alto, entre ellos los regantes que, en definitiva son los agricultores del invernadero almeriense y del secano. 





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