Eduardo Baamonde es reelegido presidente de Cajamar

La rural almeriense cierra 2019 con ganancias de 66,1 millones, el 1,15% más

La Asamblea con asistencia de 180 delegados se celebró presencialmente en la Casa de las Mariposas y por videoconferencia en nueve delegaciones.
La Asamblea con asistencia de 180 delegados se celebró presencialmente en la Casa de las Mariposas y por videoconferencia en nueve delegaciones.
Manuel León
22:54 • 25 jun. 2020

A tenor de la cuenta de resultados individuales, aprobada ayer en la Casa de las Mariposas, Cajamar ha solventado 2019 -un año de tramo empinado para las finanzas por los tipos  de interés negativos- con cifras aseadas. 



Cajamar, como entidad individual que ostenta el 92% del negocio del Grupo Cajamar y el 84% de su cabecera, el Banco Social Cooperativo, ha ganado, al cierre de 2019, 66,1 millones de euros, el 1,1% más que el ejercicio anterior. La inversión crediticia ha ascendido a 28.561 millones de euros, el 3,4% menos, teniendo en cuenta que la rural almeriense tiene que derivar las  operaciones crediticias de más de 500.000 euros o con vencimiento superior a tres años al Banco del que es su principal accionista.



La tasa de morosidad de 2019 se ha cerrado al 6,3% lo cual ha supuesto una disminución del 1,3%, con respecto al ejercicio anterior.



Los depósitos y otros recursos de clientes se han situado en 28.370 millones, registrando un aumento del 7%. El capital social de la entidad con sede en la Plaza de Juan del Aguila se incrementa en un 6%, así como el número de socios de la cooperativa de crédito que alcanza los 1,3 millones. 



Las cuentas fueron aprobadas por unanimidad de la asamblea -una parte por videoconferencia- con el ruego de uno de sus socios delegados, el ejidense Juan Callejón Baena, de que se mejore el sistema informático de la entidad. El director general de Cajamar Caja Rural, Francisco González, dio cuenta también en la asamblea de las cuentas consolidadas del Grupo Cajamar, aunque no eran objeto de someterse a  votación. 



Cajamar, como grupo constituido en 2014 con otras 17 cajas rurales, ha ganado  92,4 millones al cierre de 2019, lo que significa un 12,5% más. Una de las operaciones que generó mayores plusvalías fue la venta de bonos soberanos en junio de 2019 por valor de 4.486 millones de euros, con unas ganancias de 213 millones. El grupo ha reducido su morosidad en un 1,5% y han crecido tanto los depósitos como la inversión crediticia. Las sociedades participadas de seguros y consumo han ganado un 24% más. Francisco González se refirió a 2019 como “un año en el que se ha desarrollado una intensa presión sobre los márgenes, a los que debe sumarse la creciente competencia en el negocio bancario y el cada vez más complejo entorno normativo”.



Añadió González, ante unos 180 delegados asistentes presencialmente y por videoconferencia, que “el pasado ejercicio se ha caracterizado por un nuevo incremento  de los recursos gestionados, una fuerte reducción de los activos dudosos, una mejora de la eficiencia y un refuerzo de nuestras  coberturas”.



También se refirió a que “los resultados obtenidos muestran el compromiso , esfuerzo e implicación de todos nuestros profesionales”.


“Mantenemos una posición sólida y holgada en cuanto a solvencia se refiere y estamos preparados para afrontar una desaceleración económica”, ha subrayado”.


Sobre los resultados ha incidido en que “el margen de interés se ha incrementado a pesar de haber operado con tipos de interés negativo durante todo el año. Al tiempo que un solo dato pone de manifiesto nuestro compromiso social con los sistemas productivos locales y el mundo rural: el 44% de las localidades donde estamos presentes son municipios de menos de 10.000 habitantes”.


“El negocio bancario se basa en la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace”
Eduardo Baamonde clausuró ayer la asamblea general ordinaria de Cajamar, en la que fue reelegido presidente para un nuevo mandato de cuatro años, defendiendo el desempeño y visión de futuro del modelo de banca cooperativa que la entidad lidera desde hace cuatro décadas en nuestro país: “No podemos perder de vista que el negocio bancario se basa en la confianza, y la confianza solo se gana con el tiempo y la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace”.


En el transcurso de su intervención valoró la situación del sector financiero español: “somos conscientes de que se aproximan momentos complicados que probablemente darán lugar a nuevos reajustes en el sector bancario, pero quiero decirles que, en lo que a nosotros respecta, continuaremos con nuestra estrategia de crecimiento, a nuestro ritmo, con las puertas abiertas para seguir avanzando en nuestro proyecto de banca cooperativa de ámbito estatal, sumando fuerzas, pero sin desviarnos de nuestro camino, de nuestra hoja de ruta, y sin renunciar a la esencia de lo que siempre hemos sido”.

El presidente de Cajamar recordó el trabajo realizado por sus directivos y equipos profesionales en los diez últimos años, que además de superar los efectos de la crisis de 2008, “nos va a permitir afrontar ahora con total seguridad un eventual repunte de la morosidad consecuencia de la desaceleración provocada por el coronavirus”. 


Asimismo, ha destacado el proceso de crecimiento y diversificación que en los últimos cuatro años ha llevado a “extender la presencia de la entidad a seis nuevas provincias, ampliar la cartera de clientes y ganar músculo financiero siendo una entidad próxima, y sobre todo una entidad útil, con una visión a largo plazo, totalmente comprometida con nuestros clientes y el desarrollo económico y social del territorio donde estamos implantados”. En su discurso ante la asamblea general, Eduardo Baamonde se ha referido también a la crisis sanitaria originada por el coronavirus: “La sociedad española ha demostrado una gran capacidad de reacción y una solidaridad que ha hecho que nos sintamos orgullosos del país en el que vivimos.

 

El presidente de Cajamar ha advertido que, como en toda crisis, ciudadanos, empresas y responsables públicos hemos aprendido lecciones que nos deben servir para contemplar el presente de otra forma y encarar el futuro con ilusión y con una mayor responsabilidad colectiva. 


Para Baamonde es momento de reflexionar sobre la necesidad de contar con políticas europeas que reduzcan la dependencia exterior de bienes y servicios considerados estratégicos. 



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