Cajamar se aferra al sector agro para crecer en un año de incertidumbre

La rural almeriense aprueba unas cuentas con las que sigue al frente de la banca cooperativa

El presidente Eduardo Baamonde esbozó los retos estratégicos de la entidad ante 250 socios en La Envía.
El presidente Eduardo Baamonde esbozó los retos estratégicos de la entidad ante 250 socios en La Envía.
Manuel León
07:00 • 26 abr. 2019

Cajamar aprobó ayer sus cuentas anuales individuales con un cecimiento de su resultado neto del 30% hasta los 65,4 millones de euros.



Fue una asamblea muy técnica, de transición, de  interminables cambios estatutarios, ante 250 socios compromisarios -como siempre celebrada en la montaña de La Envía- marcada por el recuerdo de Juan del Aguila, el que fuera fundador de la entidad fallecido el pasado diciembre, y por un cielo que barruntaba más lluvia de la que chorreó.



Cajamar sigue un año más ganando, tocando a la puerta, como grupo cooperativo, del top ten del ránking de entidades financieras patrias. Ayer fue el día de la Cajamar doméstica, la que tiene su sede en la Plaza de Barcelona, y dentro de unos días será del Grupo Cooperativo, con el Banco BCC  como cabecera, liderado por la propia Cajamar con el 85% de su capital social. 



El presidente de la Cajamar matriz, Eduardo Baamonde, volvió a insistir en su intervención que el apego a los orígenes -el sector agroalimentario la economía productiva, el cliente rural que vive en pueblos de menos de 5.000 habitantes- no se negocia. “Debemos seguir creciendo a nuestro ritmo, aprovechando nuestras fortalezas y la singularidad que nos proporciona ser la única banca cooperativa española bajo el mecanismo de supervisión europeo”. Añadió que “hemos conseguido mejorar nuestra solvencia, disminuido nuestro activo irregular, incrementando nuestra inversión crediticia sana”.



Cajamar cerró el ejercicio 2018 con 3,4 millones de clientes, de los que más de 1,5 millones tienen una alta vinculación, siendo de estos el 47 % clientes digitales, un 11 % más que el año anterior, incremento que alcanza un 61 % en usuarios de banca móvil.



El director general, Francisco González ha presentado las magnitudes del negocio y de la cuenta de resultados obtenidas en 2018, subrayando que se han cumplido todos los objetivos propuestos en cuanto a captación de recursos, saneamiento del balance, gestión del activo irregular, mejora de la eficiencia operativa e impulso de la multicanalidad. La cuenta de resultados individual de Cajamar, gracias al empuje del negocio, eleva todos los márgenes respecto al año anterior, con un crecimiento del resultado neto del 29,9 %, gracias al aumento de los ingresos recurrentes, la optimización de los gastos de explotación y la mejora de la eficiencia. 



Al cierre del ejercicio Cajamar cuenta con una plantilla de 4.295 profesionales y 949 oficinas, y que sumadas las ventanillas, agentes financieros y oficinas itinerantes suman 1.067 puntos de atención a clientes.



Plaza Juan del Aguila
La Plaza de Barcelona pasará en unos meses a llamarse Plaza de Juan del Aguila Molina. Así lo transmitió ayer el presidente de Cajamar, Eduardo Baamonde, a los socios asistentes a la Asamblea Anual de Cajamar, tras el acuerdo plenario de la corporación municipal de la capital. Cajamar, que tiene en proyecto el traslado de sus servicios centrales al PITA, donde ya cuenta con un edificio donde se ubican sus empresas participadas, mantendrá, no obstante, su sede corporativa en esa Plaza que pasará a ser rotulada con el nombre de su fundador, frente a la antigua Estación de Autobuses, ocupada ahora por Mercadona. Baamonde también tuvo palabras de emotivo recuerdo para Francisco Oña, consejero del Grupo Cooperativo Cajamar fallecido recientemente, coincidiendo con el décimo aniversario de la puesta en marcha del Grupo.


Otros acuerdos adoptados ayer por la rural fueron los de cambiar a partir d 2020 de empresa auditora seccionando a KPMG, mientras que en 2019 lo seguirá haciendo PriceWaterhouseCooper, así como modificaciones del Contrato Regulador de Cajamar con su Grupo Cooperativo y la obtención de unos dividendos de 16 millones. Tras varios años de pérdidas, su filial Cimenta2 ha obtenido unos ingresos de 56 millones de euros, entrando en beneficios, a través de su actividad comercializadora procedente de activos adjudicados. Uno de los retos más ilusionantes de Cajamar, a cubrir con los beneficios obtenidos, es la futura incubadora de empresas de alta tecnología en el uso sostenible del agua.



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