La flota de Carboneras está a punto de perder el rico caladero de Cabrera

La ampliación del Parque Nacional afecta a 30 barcos que calan palangres para atún y pez espada

Pedro López Soto, uno de los armadores afectados, miembro de Carbopesca, que ha presentado alegaciones.
Pedro López Soto, uno de los armadores afectados, miembro de Carbopesca, que ha presentado alegaciones.
Manuel León
00:00 • 18 ene. 2019

La flota palangrera de Carboneras se enfrenta a una nueva limitación de su pesquería en uno de sus caladeros tradicionales de atún y aguja, junto al archipiélago balear.



 El Gobierno insular ha iniciado el proceso para la ampliación de la superficie del Parque Nacional Marítimo Terrestre de Cabrera que pasaría de 10.020 hectáreas actuales a 90.793 hectáreas, con un perímetro de 85 millas náúticas, es decir multiplicando por nueve su extensión. 



La iniciativa, tramitada a través del Organismo Autónomo de Parques Nacionales, está en periodo de información pública y será llevada a un próximo Consejo de Ministros para su entrada en vigor. La cooperativa de pescadores de Carboneras, Carbopesca, ha presentado alegaciones en las que recogen que la propuesta de ampliación no está justificada ni hace ningún análisis socioeconómico de los municipios afectados. 



El presidente de Carbopesca, Pedro Hernández, señala que “si prospera esta ampliación nos pegan un golpe tremendo, cuando somos una pesca selectiva que no dañamos los fondos marinos”.



250 pescadores Las repercusiones económicas de esta propuesta de ampliación de la protección del Parque balear son mayores para Carboneras que para ningún otro puerto, puesto que de sesenta barcos que componen la flota palangrera de superficie del mediterráneo, 30 son del muelle almeriense, que da empleo a unos 250 pescadores. Los naseros de Santa Pola (Alicante), que pescan al camarón, también están siendo representados por Carbopesca en este proceso administrativo.



Otras flotas afectadas por el acuerdo de ampliación son las de Algeciras, Cartagena, Valencia, Castellón y Tarragona.



Los pescadores carboneros exponen también en sus alegaciones que “la flota de palangre de superficie no tiene incidencia alguna sobre el fondo marino, ni sobre los bancos de corales profundos, ni tiene interacción con cetáceos, que no constituyan su objetivo - como el pez espada o el atún- ni con tortugas marinas.



Carbopesca ha recabado un informe del Instituto Español de Oceanografía sobre el impacto de la flota de palangre sobre el lecho marino en esa zona en el que el organismo científico acredita que el aparaje carbonero “no afecta al lecho marino, sino que permanece a la deriva gracias a un sistema de flotación de boyas y radiobalizazas para la captura de especies migratorias, no bentónicas”.


Sobre la interacción de los palangres y jarcias con depredadores superiopres en el mediterráneo indica el informe que “ha descendido en los últimos años, llegando a ser  rara u ocasional, el palangre, al trabajar con anzuelos cebados, es bastante selectivo con sus presas y estos cebos son poco atractivos para tortugas, aves y mamíferos marinos”.


También hay que tener en cuenta, según el informe del Instituto, que la longitud de los palangres y la distancia recorrida a causa de la deriva pueden hacer que sean calados fuera de la reserva y acaben traspasando los límites hacia su interior y viceversa en una distancia de hasta 15 millas.


Doble  limitación Carbopesca propone que el acceso a esta zona se contingente a los barcos incluidos en el censo actual, aproximadamente 60 unidades, frente a las 100 que faenaban hasta 1999.


Añaden también, como medida preventiva, que “en vez de restringir el número máximo de jornadas de pesca anuales, se permits el acceso a la flota durante los meses de mayo a diciembre, teniéndolo prohibido durante los meses de enero a abril”.

La flota de Carboneras, en los últimos años, ha sido obligada a reducir capturas dentro del Plan de Recuperación del Atún Rojo, a la que se ha unido más recientemente también la del Pez Espada.



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