Cajamar entra en la puja final por Caixa Geral

Cajamar entra en la puja final para hacerse antes de agosto con la filial española de Caixa Geral, el banco público portugués. La venta de estas oficinas en suelo hispano es una exigencia de la Unión Europea al haber concedido ayudas públicas para saneamientos a la matriz del grupo. La entidad almeriense ha sido seleccionada por acuerdo del Consejo de Ministros luso junto al banco gallego Abanca y el fondo norteamericano Cerberus.

Cajamar, que está interesada en esta operación de compra por la capilaridad de oficinas de la entidad portuguesa en Galicia y Extremadura, tendrá ahora unas semanas para estudiar más a fondo la operación con vistas a una adjudicación previsible a finales de julio.

Otras entidades que mostraron interés por Caixa Geral, como Caja Rural Castilla-La Mancha y los fondos Sócrates Capital Holding y Weston Hill Asset Management, han sido finalmente descartadas.

También sondearon la operación estudiando el cuaderno de venta, pero sin llegar a presentar oferta  fueron Liberbank y Bankinter.

Abanca, con sede en Betanzos (A Coruña) competidora de Cajamar en esta puja es la adjudicataria del negocio bancario de Novacaixagalicia (Caixa Galicia y Caixa Nova). Tiene, dentro de su plan estratégico, expansionarse precisamente por España y Portugal. En marzo adquirió el negocio minorista de Deutsche Bank en Portugal. Cerberus, también finalista en este proceso de enajenación del banco público portugués, es un fondo especializado en la adquisición de carteras de activos financieros de dudoso cobro. A día de hoy es una de las principales inmobiliarias del país y propietaria de Haya Real Estate, la entidad con la que la propia Cajamar mantiene un acuerdo de venta de activos inmobiliarios. 

 Banco Caixa Geral tiene 110 oficinas en España, repartidas sobre todo en las zonas limítrofes con Portugal, como Extremadura y Galicia, precisamente los mercados que tiene la cooperativa de crédito almeriense en el punto de mira. 

4.000 millones  Caixa Geral cuenta con 524 empleados en España. Su principal negocio se concentra en Cáceres y Pontevedra. 

El Estado luso inyectó más de 4.000 millones en el capital de Caixa Geral. Como condición para liberar esta dotación monetaria de origen público, Bruselas impuso la salida del banco de zonas consideradas no estratégicas como el Noroeste español.

En el caso de que el Estado portugués no reciba la cuantía esperada por la filial hispana, podría proceder a una venta en distintas porciones de activos, con cartera de negocio y el fondo de comercio.