Al galope en la playa. Las carreras más antiguas de España

No es Ascott, ni Pineda, ni Lasarte, ni la Zarzuela. ‘El mayor espectáculo de las playas del sur’, lema de una pasada edición, es un hipódromo improvisado, centro en efecto de un inmenso espectáculo, el de las carreras de caballos en las playas de Sanlúcar. Vienen a la retina escenas mitológicas, o de películas como ‘El hombre tranquilo’ de John Ford. En el caso de la pe-
lícula, la carrera se celebraba en las costas atlánticas de Irlanda. En el que nos ocupa, en las atlánticas de Andalucía. Es el de Sanlúcar un hipódromo muy especial: el mar lleno de barcas a un lado, al otro el público, de fondo, el verde de Doñana.

Y, en el centro, las carreras que se celebran cada año durante el mes de agosto y se dividen en dos ciclos de tres días cada uno, siempre al atardecer y aprovechando la bajamar, que sirve de improvisada tribuna. El 7, el 8 y el 9 de agosto
se celebrará la primera tanda. El 21, el 22 y el 23 la segunda Mundialmente conocidas, están consideradas como Fiesta de Interés Turístico Internacional y constituyen un gran acontecimiento deportivo, no sólo porque en ellas compitan importantes cuadras y jinetes, sino también por la importante cuantía de los premios.

La entrada es gratuita y los horarios de las carreras no se saben hasta el mismo día, en función del número de caba-
llos inscritos y del estado de la marea. Lo habitual suele ser por la tarde, a partir de las seis y media. Antes de cada carrera los participantes desfilan para después situarse en los boxes de salida.

El improvisado hipódromo de la playa de la Calzada o las Piletas (en realidad dos unidas) es el centro de un espectáculo que junta a miles de personas en un recinto que ocupa 20.000 metros cuadrados en los que construye un perfecto hipódromo convencional, hasta con ventanillas para apuestas.En paralelo, durante el mes se celebran diversos actos complementarios como concursos fotográficos, de cometas, figuras de arena y competiciones deportivas.

Cuenta la leyenda que el dios Febos al llegar a las costas de Sanlúcar desenganchaba a sus caballos de fuego de la carroza para que descansaran y corrieran libres viendo la puesta de sol. Pero nos habla la historia de algo más prosaico, de que, para evitar los impuestos, los comerciantes de pescado descargaban al anochecer la mercancía en la playa y la cargaban en caballos negros que galopaban por la orilla del mar al abrigo de la noche.

La rivalidad por ser más rápidos, llegar antes y, por lo tanto, vender más caro se juntó a las apuestas entre los mis con normas de aptitud, peso y velocidad, las más antiguas carreras de estilo inglés que se han conservado en España, ya que desaparecieron las de la Alameda de Osuna. Ya entonces se fijó el recorrido en algo más de dos kilómetros y según el calendario de las mareas .

Las playas de Sanlúcar, encuadradas en la denominada Costa de la Luz, están entre las más famosas de Andalucía. Sus dimensiones lo dicen todo. La de Bonanza se encuentra en la desembocadura del río Guadalquivir, junto a las salinas y marismas del espacio natural de Doñana. Tiene una longitud de 1.200 metros y una anchura media de 40. Carece de paseo marítimo, es de aguas tranquilas y fácil acceso a pie y en coche.

La de Bonanza se encuentra en la desembocadura del río Guadalquivir, junto a las salinas y marismas del espacio natural de Doñana. Tiene una longitud de 1.200 metros y una anchura media de 40. Carece de paseo marítimo, es de aguas tranquilas y fácil acceso a pie y en coche.

La de Bajo de Guía tiene una longitud de 800 metros y una anchura media de 50. Es de arena fina, muy a