Una calle para Gloria Sevilla, la comadrona de Pescadería

Dolores Gloria Sevilla Salmerón ha vivido en Pescadería desde que tenía cinco años, por casualidad atendió su primer parto y desde entonces ayudó a traer

Gloria Sevilla junto a sus hijos Ignacio y Gloria Aguilera orgullosos de la iniciativa vecinal.
Gloria Sevilla junto a sus hijos Ignacio y Gloria Aguilera orgullosos de la iniciativa vecinal.
Lola González
22:22 • 23 ene. 2016

Lleva en sus manos las huellas de años de trabajo, de lucha por los demás y sobre todo, de las vidas que ayudó a que vinieran al mundo. Dolores Gloria Sevilla Salmerón cumplirá 98 años el próximo 30 de marzo y es para los suyos, sus vecinos de Pescadería, una pieza fundamental de la historia de las familias que allí han nacido, crecido e incluso fallecido.




Gloria, la comadrona o partera de Pescadería, ha pasado su vida ayudando a dar a luz a sus vecinas de forma altruista, es más, hubo momentos en los que fue ella la que ayudó a esas familias que recibían la llegada de un nuevo miembro a superar las dificultades de una época de carencias y dificultades.
Ahora, cuando el paso de los años hace mella en su persona pero sin quitarle la sonrisa cuando rememora sus tiempos de comadrona llegando al punto de seguir estando dispuesta a ayudar en un parto porque “eso no se olvida”, los vecinos le quieren devolver su amor solicitando al Ayuntamiento de Almería que le ponga su nombre a una nueva plaza detrás del pabellón de su barrio.




Iniciativa La propuesta llega del acuerdo entre la asociación ‘La Chanca a mucha honra’, la asociación ‘La Traiña’ y la hermandad Virgen del Carmen y buscará en los próximos días el refrendo del Ayuntamiento de Almería.
Solo el gesto emociona a Gloria Sevilla quien ve así devuelto el cariño que durante décadas volcó ella sobre los demás. Reconoce que es ‘la madrina’ de casi medio barrio porque no solo los veía nacer, sino que después iba cada día a la casa de las recién paridas a curarlas a ellas y a bañar a los retoños.




Cuando le preguntas sobre cómo aprendió, la respuesta es difícil porque si bien es cierto que su tía ayudaba en los partos, lo cierto es que a pesar de que aprendiera a firmar con 60 años, la naturaleza le había dado un don para ayudar a dar vida. Tanto es así que cuentan sus hijos, Ignacio y Gloria Aguilera, que atendió un parto de unos gemelos con muy poco peso. Ante el miedo de la madre a que no sobrevivieran, Gloria los metió bajo sus pechos e ideó un mecanismo para darles calor con botellas de agua caliente, y ambos salieron adelante.




Se apoyó en su marido, Ignacio Aguilera López, quien siempre le dio libertad para que Gloria fuera una mujer para los suyos, luchando con los desheredados y por sus cuatro hijos.







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