Investigadores de la UAL identifican la sustancia que regula el atracón de dulces

La molécula orexina participa en la ingesa excesiva e intermitente de azúcares

Investigadores de la Universidad de Almería.
Investigadores de la Universidad de Almería.
La Voz de Almería
21:02 • 16 dic. 2014

Un estudio de la Universidad de Almería demuestra, en ratones, la participación de la molécula orexina en la ingesta excesiva e intermitente de azúcares, una forma de comer que puede desarrollar trastornos alimentarios como la bulimia.





Investigadores del grupo Psicofarmacología, Neurotoxicología y Neuropsicología de la Universidad de Almería han determinado, a raíz de este estudio, las sustancias químicas que regulan el consumo de dulces en atracón.





La orexina es un neurotransmisor, un elemento encargado de enviar al cerebro mensajes relacionados con el proceso de nutrición. “Entre sus funciones está la de regular la alimentación basal, aquella que busca el aporte de energía necesario para el organismo, es decir, el mensaje de ‘como porque tengo hambre’. O la de seleccionar comida que, como los azúcares, la sacarosa o la sacarina, resultan agradables al paladar y, además, suponen un complemento calórico”, describe a la Fundación Descubre la investigadora principal de este proyecto, Inmaculada Cubero, de la UAL.




Valor hedónico del azúcar Su participación en esta forma concreta de consumo, en atracón, explica por qué el organismo, que de manera innata identifica dulce con calorías, continúa comiendo en exceso estos alimentos cuando ya ha cubierto sus necesidades energéticas. “La ingesta en atracón suele realizarse de manera intermitente a pesar de que el organismo tenga el aporte calórico suficiente. Ello se debe al valor hedónico del azúcar, es decir, al puro placer. Las orexinas dicen: Continúa comiendo porque te gusta el sabor”, indica.




Pruebas con ratones Para llegar a estas conclusiones se realizaron pruebas con ratones sometidos a un modelo de consumo en atracón. Expertos señalan, además, la posibilidad de que esta especie de consumo en atracón repetida en determinados intervalos de tiempo, genere un consumo adictivo en personas vulnerables; aquellas cuyo organismo ofrece respuesta irregular en situaciones de alto riesgo.





“Todos tenemos orexina pero ni la sintetizamos igual, ni en la misma cantidad ni con el mismo ritmo. Son estas diferencias biológicas la base de esa vulnerabilidad y, por tanto, del posible desarrollo de adicciones con el tiempo”, explica la responsable de la investigación.




Del atracón a la adicción Matiza, además, que “esto no significa que todo el mundo acabe convirtiéndose en una persona bulímica. Pero es cierto que comiendo de esta forma, aumenta la probabilidad de llegar a serlo”.





Por esta razón, los científicos consideran que la ingesta en atracón es una etapa inicial de la adicción, fase que se puede aplicar tanto a alimentos dulces como, en estudios futuros, a drogas de abuso, como el alcohol ya que ambos consumos excesivos presentan  características similares.



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