Mónica Esgueva: “Nos obsesiona tanto la acción que nos olvidamos de ser y la felicidad se escapa”

Impartía ayer el seminario organizado por el Colegio de Economistas de Almería. La experta Mónica L. Esgueva es autora de varios libros que promueven el equilibrio emocional y una reconocida coach y economista.

-¿Qué es ser feliz?
Estar en paz con uno mismo y con el mundo.

¿Cuánto hay de químico en la felicidad?
La felicidad es mental, ya que se trata de una interpretación que realizamos desde la mente. Y como consecuencia de ello, el cerebro desencadena la segregación de hormonas del bienestar como la dopamina,  la oxitociona…

¿El secreto de la felicidad está en disfrutar de los buenos momentos?
El secreto de la felicidad radica en saber manejar nuestros pensamientos, nuestras emociones y nuestra actitud. Y también en estar en el presente, ya que es el único desde el cual se puede disfrutar de la vida.

¿Cómo influye lo ya vivido sobre la felicidad presente?
Somos fruto y consecuencia de nuestro pasado. Lo que hemos vivido, experimentado y aprendido es lo que dicta quienes somos hoy.

Vivimos en tiempo del "tengo que", ¿las obligaciones que tenemos y las que nos creamos cómo repercuten en nuestra felicidad?
Es cierto que acumulamos listas interminables de obligaciones que cumplir que suelen constituir una gran fuente de estrés y ansiedad. Nos obsesionamos tanto con la acción que nos olvidamos de ser, y desde ahí la felicidad se nos escapa.

Hay quienes dicen que no hay peor castigo que querer ser quien no se es y no aceptarse a uno mismo, ¿está de acuerdo?
La aceptación y la compasión hacia uno mismo son básicas para la serenidad. Vivimos en la sociedad de la exaltación del individuo y paradójicamente las personas sufren de falta de autoestima camuflada de múltiples formas. Creo que estamos en esta tierra para desarrollarnos como seres humanos, pero todo progreso comienza primero por la aceptación.

¿Se puede aprender de la felicidad de los demás a ser feliz?
Se puede (y se debe) aprender de los que saben más que nosotros, de los que han recorrido el camino que nosotros deseamos caminar y lo han hecho con éxito, de los más sabios, de los que saben vivir con armonía, paz y dicha.

¿Cómo se mide el grado de inteligencia emocional?
Básicamente comprobando si somos capaces de gestionar nuestras emociones adecuadamente sin ser esclavos de ellas, poder motivarnos cuando las circunstancias se ponen cuesta arriba, y saber relacionarnos con los demás de forma fluida.

¿Somos ahora más o menos felices que hace un siglo, por ejemplo?
Los datos apuntan cuanto menos a dudarlo. Somos 3 veces más ricos que éramos a mediados del siglo XX, y sin embargo estamos más estresados, más agotados y hay más depresión que nunca. Tenemos mucho más de lo que nuestros antepasados podrían siquiera haber imaginado, pero la gente se queda atascada ansiando más y más.

¿Debemos fabricar nuestra propia felicidad, podemos hacerlo?
Si no la creamos nosotros ¿quién lo hará? Estamos demasiado acostumbrados a anhelar que nos salven de nuestras dificultades desde fuera; Estamos demasiado acostumbrados a seguir los dictados de la poderosa industria publicitaria. Nadie tiene el poder de hacernos felices, ni siquiera los que más nos aman. Es una elección propia. Es una tarea personal e intransferible.

¿Cómo se aplica el manejo de las emociones a la empresa?
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