El Circo de los Horrores pierde a su maestro de ceremonias

Suso Silva, alma del Circo de los Horrores, deja los escenarios

Suso Silva en escena durante ‘Requiem - Sinfonía final’.
Suso Silva en escena durante ‘Requiem - Sinfonía final’. La Voz
Víctor Navarro
21:07 • 12 abr. 2024

Sin ropa, como quiso venir al mundo en 1962. Su única defensa: todo lo que pueda proteger el escudo de su piel desnuda y por arma, un discurso de despedida y agradecimiento que esgrime frente al público en el escenario. No hay personaje en este campo de batalla solo una persona: el héroe  vulnerable y liberador que ya ha completado su viaje, aceptando resignado y satisfecho su destino crepuscular. Así se despide el actor Suso Silva del Circo de los Horrores, su hogar,  su hábitat, su Infierno y Paraíso.



“Me voy desnudo por fuera y lleno por dentro. Todos mis personajes se perderán en el tiempo. Se me olvidarán y es triste pensarlo cuando estoy muy vivo allá arriba (sobre el escenario), pero todo se va a perder por retrete como lagrimas en la lluvia”.



Homenajeando el final de Blade Runner, pero a su estilo irreverente y polémico, el creador y maestro de ceremonias del Circo de los Horrores dice adiós a las largas giras, después de casi 20 años de terrorífica diversión sobre las tablas. “Paso por este mundo intentando aportar, y dejando mi granito de arena, pero aunque es jodido, todo se va a olvidar”.



"Cojonudo, Horrores continúa y no es cosa de niños"



Cualquiera de sus colegas de ‘troupe’ apostaría una parte de su cuerpo a la opción de que Suso Silva tendrá enseguida mono de escenario una vez que el show ‘Requiem - Sinfonía Final’ llegue a su fin. Incluso el mismo intérprete orensano se jugaría el ‘all in’ a este sentimiento. Pero Silva tiene claro que se jubila de las largas giras, de la locura de peinar España. “Haré cosas concretas y puntales, ya con 62 tacos resulta un poco duro hacer giras de año y medio como es este caso”.



No obstante, Silva deja todo atado y bien atado, “Horrores continúa, evidentemente”. Preocupado por los amantes del humor histriónico y golfo. El aún maestro de ceremonias pasa el testigo a las manos de la sangre nueva: “una mujer cañera y guerrillera, mi hija”. Suso Silva da un paso al lado. Quizás no vuelva a ser Nosferatu o Lucifer, pero no dejará de imprimir su sello al espectáculo. Aunque sea un fantasma que se intuye pero no se ve, su mano seguirá creando y controlando hasta la última coma de los diálogos de los montajes venideros. Creando personajes e historias a medida para los demás. “Las historias, las introducciones, los textos finales, son un traje que me hago. Ahora tendrá que ser un buen sastre con otros también”.



El Circo de los Horrores comenzó a gestarse en 2003, mediante una sugerencia, “Suso, tienes que recuperar un circo anclado en el pasado, actualizarlo para gente joven”. Estas palabras provenientes de la ministra de Cultura, cuando se le entregó a Silva el Premio Nacional en 2003, resonaron en la mente del actor como un reto. “Yo nunca he pensado que el circo sea para niños. Esa historia parte de la televisión y no de la realidad. Mi bisabuelo se vestía de smoking para ir al circo Price en Madrid. Mi trabajo ha sido traer de vuelta ese concepto creando un show con un guion con texto para adultos y personajes atractivos que seducen, que te llevan a la lujuria como Lucifer o al terror como Nosferatu.



Horror poético y humor impertinente, golfo y nada correcto

“Estoy seguro que mucha gente que viene a ver el show hablan en sus casas y se dirán “mira el cabrón este los cuernos, en que lio nos ha metido”. Y es que el diablo busca y encuentra nuestros secretos hasta ponernos al límite. Suso Silva cruza las lindes marcadas por el humor blanco que va creciendo y hace partícipe al público de su aquelarre particular. “Ese juego con el público es nuestra seña de identidad”.  Horrores no busca dañar a nadie, simplemente hablar claro, aunque su discurso sea considerado por algunos fuera de lugar.


Fusionar el terror y el humor como gancho es una fórmula que da buen resultado, también, en el caso del Circo de los Horrores, añadirle los componentes del teatro, el circo y el cabaret salvaje. A estos elementos, Silva solo tuvo que encontrar aquellos personajes a los que no tuviera que interpretar, simplemente ser el mismo. “Hay mucha poesía en el horror, y estos personajes están llenos de carisma y seducción”. Ya sea el demonio, el vampiro de Murnau o un demente en un manicomio, son una pequeña porción de la personalidad de Silva. Unas máscaras que le sirven para escarbar en los temas más tabús de la gente que va a ver el show. La despedida de Suso Silva del Circo de los Horrores es un testimonio de su legado inigualable en el mundo del espectáculo. Con humor, sinceridad y un toque de irreverencia.


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