La lesbiana maltratada por su pareja desprotegida ante la ley

La almeriense no tiene los mismos recursos legales porque la agresora es otra mujer

María, nombre ficticio de la víctima.
María, nombre ficticio de la víctima. La Voz
Melanie Lupiáñez
18:39 • 02 feb. 2024 / actualizado a las 19:51 • 02 feb. 2024

Cada jueves María, nombre ficticio de la víctima, empuja el carrito de su hijo de cuatro años para llegar al punto de encuentro establecido por un juez. En este organismo estatal seguro y vigilado deja al menor durante una hora para que vea a su otra madre que intentó suicidarse quemándose viva hace unos meses. Los hechos ocurrieron en una localidad de Almería. Como no hay un protocolo específico para la violencia entre parejas homosexuales se establece el régimen general: una orden de alejamiento y régimen de visitas en un lugar seguro para el menor.



No hay punto de encuentro familiar en la localidad donde viven los afectados, así que tienen que ir en trasporte público porque María no conduce. El viaje en autobús suele durar unas dos horas y media. María prepara una fiambrera con la cena de su hijo para la vuelta. El pequeño llega a casa dormido y exhausto y, al día siguiente, toca madrugar para ir al colegio.



La expareja de María había amenazado con intentar suicidarse si se divorciaba de ella y finalmente llevó a cabo el acto. Su recuperación fue muy larga porque las quemaduras eran graves. Anteriormente no había habido denuncias interpuesta por la víctima, a pesar de las amenazas, los gritos y los cambios bruscos de temperamento que atestigua la agredida.



En los próximos meses se celebrará el juicio que decidirá si María tiene la custodia total del niño, si su ex pareja tiene derecho a visitas, y la asignación mensual para la manutención del menor. Hasta ahora recibe una pequeña asignación de su ex pareja para la alimentación del niño. Durante este tiempo ni la víctima, ni el menor, han recibido ayuda psicológica, un hogar de acogida o la renta activa de reinserción (RAI) porque no hay recursos concretos para la violencia intragénero, denominación de la agresividad entre parejas homosexuales.



Los delitos de violencia intragénero no están tipificados y en la mayoría de los casos se cuenta como violencia doméstica. No se pueden aplicar los protocolos de actuación de la violencia de género que solo establece el caso de violencia de hombre a mujer. En la última reforma de la ley trans, una de las más avanzadas en cuantos a derechos de las personas transexuales de la actualidad, el gobierno del PSOE dejó fuera del borrador este tipo de violencia por lo que fue duramente criticado.



En España es difícil encontrar datos concretos de la tasa de violencia en parejas homosexuales. El estudio más fiable tiene fecha de 2009 y fue realizado por la psicóloga Isabel González. La profesional entrevistó a 900 personas y sus datos reflejan que el 26% de los hombres homosexuales han sufrido violencia por sus parejas y un 34% de las lesbianas. (Conector significativo) En España la tasa de violencia de género es de 38% en las mujeres de 18 a 29 años, el grupo con la incidencia más alta, según la Encuesta Europea de Violencia de Género publicada en 2022.



Primera víctima



El año 2009 se cobró la primera víctima de violencia homosexual en nuestro país. Los hechos ocurrieron en Adra y tras el asesinato el culpable se suicidó. Los medios se hicieron eco, pero la ley no tipificó el delito como violencia intragénero. Un caso paradójico visto que España se convirtió en el año 2005 en uno de los primeros países del mundo que legalizaba el matrimonio entre parejas del mismo sexo.


En una publicación web de la confederación Colegas, que lucha por los derechos del colectivo LGTB desde 1989, se contabilizan hasta solo cinco asesinatos más de personas homosexuales por sus parejas, pero la publicación es de 2017. Las cifras de violencia intragénero son difíciles de encontrar, porque no se nombran en el código penal, ni existe el delito concreto, ni se tipifican, no se contabilizan.


Marina de 18 años fue asesinada por su novia en Motril en abril de 2021. La mujer le doblaba la edad y convivían juntas desde hacía dos años . La asesina la golpeó hasta la muerte, limpió la casa e intentó esconder su cadáver, fue condenada a 17 años de prisión por homicidio. La familia de la víctima hizo una petición al Congreso donde se preguntaba: ¿Cuándo se equipararía la violencia de género a la violencia intragénero? La madre de la fallecida se sentía impotente porque no pudo denunciar a la agresora, incluso cuando su hija era menor de edad, por ley solo podía denunciar la propia agredida. Si hubiera sido un hombre el maltratador la denuncia se hubiera interpuesto y las autoridades habrían puesto en marcha el protocolo de atención, prevención, sanción y erradicación de la violencia.


Mientras tanto en la espera del juicio, María lee páginas de psicología por las noches cuando su hijo se ha dormido para tratar las pesadillas, el comportamiento violento o la infantilización que sufre el niño dada la traumática situación. Internet y su red de apoyo vecinal son sus herramientas ante una administración pública de recursos limitados.


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