La casa de La Bilbaina sale a la venta por 620.000 euros

La antigua tienda de coloniales de la familia Ruiz con 564 metros da a la calle Real y Gravina

La fachada de esta casona da a dos céntricas calles.
La fachada de esta casona da a dos céntricas calles. La Voz
Manuel León
20:12 • 03 jul. 2023

Fue una de las grandes casas de ultramarinos de antes y después de la Guerra en el centro de la capital. Tras varios flirteos de empresarios promotores para construir apartamentos con bajo comercial, los antiguos almacenes han sido  puestos de nuevo a la venta por un precio de 620.000 euros. Se trata de una amplia casona de 564 metros de planta y 938 construidos que da a dos calles: calle Real y calle Gravina, con un nivel 4 de protección de fachada, frente al arco ahora cerrado por obras que comunica la calle Real con la de Braulio Moreno.



Perteneció este señorial inmueble a la familia Ruiz que tenía vivienda en la parte de arriba y abajo el célebre almacén de coloniales.



Pero su origen se remonta a más de un centenar de años, cuando en esos bajos abrió academia de preparación de bachilleres el profesor Juan González Bodín, en 1891. Después tomó el relevo Juan Martínez que regentó un almacén de licores. Hasta que en 1902 se estableció  el comercio de comestibles finos La Isla de Arosa, al lado de la oficina del consignatario Luis Campos, cuando aún se le llamaba la tienda de ‘las Puertas Coloradas. 



Fue a partir de 1910 cuando el establecimiento fue traspasado, con el mismo tipo de negocio y con el nombre de ‘La bilbaína’, a Manuel Ruiz Esteban, oriundo de Canjáyar, quien falleció muy poco tiempo después, en 1913, dejando el negocio en manos de su viuda, Matilde Sánchez, y de su hijo primogénito, Manuel Ruiz Sánchez.  La Bilbaína era un reputado establecimiento de artículos de ultramar y coloniales, una suerte de tienda gourmet de toda la vida, como Gervasio en el Paseo, donde la clientela podía hacerse con selecto género: desde mantecados antequeranos a judías del Barco de Avila, desde lentejas de Castilla a latas de trufa y arroz de Calasparra o Anís Serpis o vino jerezano. Fue también célebre La Bilbaína por la calidad de su café que llegaba en grano y que era molido en el mismo establecimiento delante del cliente. 



Con los años, el establecimiento, que contaba con una nutrida nómina de dependientes detrás del mostrador, pasó a manos de Manuel Ruiz Abad, en tercera generación, hasta que con los nuevos tiempos y las nuevas costumbres comerciales fue languideciendo hasta su cierre definitivo hace varias décadas. Ahora se encuentra en estado semiruinoso. Tiene jardín y entrada trasera para vehículos, mediante servidumbre de paso.






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