Pone a la venta un apartamento en El Zapillo y recibe 96 llamadas en cuatro días

No da abasto Antonio. Necesita una secretaria para atender tanto interés por el apartamento -en realidad son dos unidos- que ha puesto a la venta en la primera línea del Zapillo. Pide 375.000 euros pero no tiene prisa. Hay quien le ha pedido una rebajilla, pero dice que como no le hace falta para vivir, que esperará el tiempo que tenga que esperar. "Es una revolución de llamadas, algunas no las puedo atender, pero es que no quiero intermediarios". Algunos de los interesados han llamado al propietario Antonio desde Francia y desde Italia. Además, no lo tiene puesto el anuncio en ningún portal inmobiliario en Internet, tan solo un simple cartel con el número de teléfono en la terraza del apartamento que linda con la heladería AntiuXixona. "Es que ver el mar desde el dormitorio, desde la cocina, desde donde te pongas no tiene precio", exclama Antonio lleno de orgullo por su apartamento doble, el más deseado de la ciudad, a tenor del furor telefónico que ha causado.

El apartamento doble, con unos cien metros cuadrados de superficie, está encima de La Trattoria del Mar, un popular restaurante italiano y a su lado tiene el nuevo edificio residencial que levantó sus cimientos sobre la antigua casita con jardín de Villa Pepita.

El Zapillo sigue viendo crecer su demanda ante una copiosa oferta de pisos e inmuebles para el verano, pero que parece que se queda corta por la presión de compra y alquiler existente durante los meses de temporada alta. Hay, en cualquier caso, zonas nobles y menos nobles y la demanda y la cotización varía de una zona a otra, especialmente si es primera línea de playa. Cada espacio tiene su gentilicio, dependiendo del nombre del edificio o del local hostelero que hay en el bajo: los edificios Presidente, San Miguel, la zona del Delfín Verde, Las Conchas, Villagarcía, La India etc. que se van sucediendo a través de ese cordón marino que es el Paseo Marítimo Carmen de Burgos. 

Hasta el desarrollo urbano de los años sesenta del siglo xx, el barrio era una elemental barriada de los pescadores con escasas casas donde residían los propios jabegotes, muchas de ellas obra de los arquitectos locales Guillermo Langle Rubio y Antonio Góngora Galera. En 1954, el Instituto Nacional de la Vivienda construyó dos grupos de viviendas sociales: el primero, el grupo de viviendas Obispo Diego Ventaja, al norte de la barriada de pescadores; el segundo, el grupo de viviendas Jacinto Matarín construido al este de la barriada de pescadores, en la llamada “Plaza Nuestra Señora de la Luz”. El resto de la zona era simplemente parte de la Vega de Almería. Con diferentes planes urbanísticos, la ciudad fue ganándole terreno a la Vega y reordenando el territorio para crear nuevos barrios. Las casas de planta baja típicas van reduciéndose en número con el tiempo.

Un informe del portal inmobiliario Fotocasa recoge que a la hora de buscar una vivienda El Zapillo es la playa almeriense que se lleva el primer puesto con un precio medio de venta de 1.966 euros por metro cuadrado.