Uno de cada cuatro almerienses utiliza ya el Blablacar

Esta plataforma de viajes ha crecido un 85% en la provincia donde dispone de 160.000 usuarios

El viaje compartido por carretera se ha convertido en una costumbre que va en aumento también en Almería.
El viaje compartido por carretera se ha convertido en una costumbre que va en aumento también en Almería.
Manuel León
19:16 • 13 ene. 2023

Ya no es una actividad exótica como hasta hace un par de años -la de compartir gastos de carburante con un extraño- sino que se ha convertido en un acto más o menos  cotidiana, sobre todo entre la población almeriense más joven. Por qué viajar solo si es más caro y aburrido que hacerlo en compañía; por qué amoldarse a un transporte público que a veces no compagina con nuestra necesidad de horario. Blabacar se ha convertido, en los dos últimos años sobre todo, en un hábito para los almerienses y la franja de edad de uso se ha extendido: ya no lo utilizan solo los veinte añeros o treintañeros, sino que sus servicios son utilizados también por  jubilados con ansia de viajar acompañados a un módico precio.



Los últimos datos proporcionados por esta compañía de servicio para viajes compartidos por carretera no dejan lugar a duda: Almería ha aumentado su actividad en Blabacar en 2022 un 85% con respecto a 2021, gracias sobre todo a la conexión de pequeñas localidades. Es la tercera provincia española con mayor tasa de crecimiento, tras Cádiz y Huelva, y entre las cinco primeras en número de usuarios porcentualmente a la población global de 700.000 habitantes. Solo en 2022 se  han conectado el 92% de los municipios almeriense,  por encima de la media nacional que está en el 85% de localidades conectadas de una misma provincia. Los municipios más pequeños conectados por Blablacar son Alcudia de Monteagud (129 habitantes),  Olula de Castro (190 habitantes) y Almócita (197 habitantes).



Almería tiene en la actualidad, según las cifras proporcionadas por la compañía, 160.000 usuarios en la plataforma, lo que significa que el 23% de los almerienses son clientes de Blablacar. En España el número de usuarios supera ya los siete millones. 



En cuanto a la distancia media que recorren los almeriense por este modelo de transporte, alcanza la cifra de los 294 kilómetros y el precio medio pagado por ocupar un asiento vacío y compartir gastos es de 13 euros, siendo los puentes los periodos de mayores desplazamientos. Se puede deducir que el éxito tan evidente de esta plataforma de origen francés en Almería está directamente relacionado con las limitaciones  que sufre la provincia en materia de infraestructuras de transporte que limita la movilidad. A ello se une la subida del precio de los carburantes de los últimos años.



El abanico de tipología de viaje de Blablacar se va ampliando en los últimos años, desde los viajes de estudiantes, a los de negocios, para visitar a familiares o por vacaciones. 



Solo la pandemia logró ralentizar en 2020 el crecimiento de esta modalidad de viaje, pero el levantamiento de las restricciones ha hecho posible que la plataforma vuelva a posiciones de crecimiento.



Uno de los impulsores de Blablacar en España, Vicente Rosso, explicó en 2020, en  el auditorio de la Universidad de Almería, que “el éxito de Blablacar nace de su propia ambición desde que era un proyecto en ciernes”. 



Blablacar es la comunidad de viajes comunitarios líder en todo el mundo, que permite que más de 90 millones de usuarios se desplacen en 22 países diferentes. La idea nació en Francia en 2006 y a España llegó en 2010.


Aquellos tiempos de ‘hacer dedo

’El autostop-  que era el Blablacar de hace 40 años- se dirimía más por el azar que por la planificación. La plataforma era el dedo puro y duro y la liturgia era siempre la misma: orillarse en la carretera, a la salida de una población y sacar el dedo pulgar. Había quien sacaba un cartón y escribía su destino -Granada, Madrid- pero ese uso era más bien de mochileros y para trayectos largos. “Hacer dedo” era más simple y más barato que el Blablacar, porque el chófer no cobraba nada al que subía a aquellos 127 o Simca 1.200 con Rumba 3 en la pletina. Solo tenías que tener buena pinta y poner cara de monaguillo en el arcén. A veces te paraban en minutos y a veces en horas. A veces solo ponía el dedo uno y tres o cuatro se escondían. Hacían autostop los estudiantes, los que salían de discotecas a pueblos vecinos, los que volvían de  la mili y hasta los curas pluriempleados en varias parroquias.



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