Los policías que nos ayudan a no ser víctimas o cometer delitos en internet

Raquel Gómez y Juan Padilla forman parte de la Delegación de Participación Ciudadana de Almería

Raquel  Gómez y Juan Padilla, en la Comisaría Provincial de Almería
Raquel Gómez y Juan Padilla, en la Comisaría Provincial de Almería Guillermo Fuertes
Remedios Fernández
20:01 • 11 oct. 2022 / actualizado a las 20:29 • 11 oct. 2022

“Nuestro trabajo se basa en la prevención”, afirma Juan Padilla. “Todo lo que podamos ayudar a los ciudadanos a que no sean víctimas, o cometan un delito... La Policía Nacional, y la sociedad en general, se han dado cuenta de que es fundamental invertir en esto. Lo que nosotros hacemos, fundamentalmente, es implementar los planes de seguridad que establece el Ministerio del Interior y la Dirección General de la Policía, enfocados a sectores de la población que son especialmente vulnerables, y requieren un tratamiento especializado. Por su edad, por su grado de exposición...”.



Juan es policía, al igual que Raquel Gómez, y junto con el Inspector Jesús Soto forman parte de la Delegación de Participación Ciudadana de la Comisaría Provincial de Almería. Y entre las muchas funciones que tiene asignada esta delegación, ellos están especializados en acercarse a los diferentes colectivos sociales a través de charlas.



“Estamos en contacto con otras unidades o grupos, que son especialistas en sus ámbitos de trabajo”, dice Raquel. “Pero nosotros somos los especialistas en impartir charlas a los colectivos. En la actualidad, la Policía quiere ir más allá de la mera investigación o recepción de denuncias. Intentamos acercarnos a los ciudadanos para saber cuáles son sus problemas”.



Con estas actividades, aseguran, también ellos aprenden mucho de los problemas que acucian a la sociedad. Y con esa información, también se ofrecen “para que cuenten con nosotros ante cualquier peligro”.



Tecnología



Y he ido a verlos para hablar de un tema muy actual: la seguridad de los menores en el ámbito de la tecnología. Juan y Raquel asienten. “Es algo de primera línea”, dicen. “Y lo primero que hacemos es ir a los centros educativos de todos los niveles, a las AMPAS..., y ofrecemos charlas preventivas de seguridad. Para que tengan la información actualizada sobre esos peligros”.



Es una labor compleja, pues “nuestros auditorios son de todo tipo”, aseguran. “Desde personas mayores, que muchas veces tienen, por sus condiciones, más dificultad con el uso de internet o las redes sociales; hasta los menores, que, aunque sepan mucho de eso, les falta experiencia vital y otras herramientas que la vida te proporciona”.



Y es que, definitivamente, internet nos ha cambiado la vida. “Es una herramienta maravillosa”, sonríe Raquel, “pero en algunos aspectos ha sido como una ola que nos ha llevado, y ahora estamos un poco sacando la cabeza. Hay riesgos y peligros importantes, sobre todo para los menores. Y los tratamos uno por uno con ellos. Y les decimos cómo prevenirlos, y muy importante: cómo pedir ayuda”.


Casos reales

Problemas como el ‘sexting’, por ejemplo. “Cuando el menor se expone desnudo, o su intimidad, y lo comparte”, explican. “¿Por qué lo hacen? Bueno..., ven a otros menores, o adultos, o están en la adolescencia y tienen inquietudes, o tienen una baja percepción del riesgo...”.


“Les exponemos casos reales, sin dar datos, claro, para que piensen. Muchas veces, los comportamientos de los jóvenes en la red son como los que tienen fuera de esta. Impulsivos. No son tan reflexivos como los adultos. O piensan que a ellos no les va a pasar nada. Se dejan llevar por su círculo de amistades...”.


Una de las principales cosas en el proceso de aprendizaje, es la imitación, afirman. “Cuando somos pequeños imitamos lo que hacen los padres, primos... Pero los adolescentes imitan a los Youtubers, influencers, celebrities... Lo que ven por internet. Y nosotros les invitamos a que sean críticos. Que, si un video lo han visto un millón de personas no quiere decir que sea bueno, o sea apropiado para ellos”.


Otro peligro es el ciberacoso escolar. “Los abusones de colegio, por desgracia, siempre han existido. Pero ahora ese acoso se lleva a cabo también a través de Internet o las redes sociales. Y es 24 horas al día. Antes, si había un problema en el colegio, te ibas y hasta el día siguiente te podías olvidar de él. Ahora ese acoso sigue en las redes, en WhatsApp... La persona acosada no tiene un descanso mental, y eso tiene consecuencias peores”.


Los profesores, además, muchas veces no se dan cuenta. O los acosadores son niños ajenos al colegio... “Por eso debemos esto se debe abordar de una forma interdisciplinar”, explica Raquel. “Tener contacto con los padres, los profesores, hacerles ver que el ciberacoso escolar es un problema común, no solo del colegio”.


Contenidos

Hay que comprender entre todos que el móvil es una herramienta de comunicación, y que muchos padres se sienten seguros con ellos, explica Juan. Pero también que es un medio con el que se puede hacer daño, y tenemos que controlarlo”.


Otro problema: los contenidos peligrosos o inapropiados que hay en internet para los menores. Internet nos permite acceder a mucha información, podemos aprender... “Pero también tiene contenidos ilegales”, dice Juan, “y les explicamos que deben evitarlos, ya sea en la red pública o la dark web... Pero no simplemente porque queramos los mayores; sino porque, precisamente, en los sitios ilegales van a estar los mayores peligros. Acosadores, pederastas... No les metemos miedo, pero que sepan que hay gente peligrosa”.


“Muchas veces los menores nos dicen: Yo no he hecho nada, a mí me lo enviaron y yo lo reenvié. Y les decimos: si recibes una foto, un archivo, tienes que ser consciente de si es legal o no. Y, ante la duda, no lo compartas. Ve a tus padres, a tu profesor, o tutor... Pues el hecho de compartir esa información en internet puede ser ilegal, o te puede meter en un problema”.


El último riesgo que han incorporado son las tecnoadicciones. “El uso abusivo e incontrolable de las redes sociales y, sobre todo, del Smartphone”, explican. “Al igual que los mayores, que algunos hemos tenido, los menores, por su falta de madurez, caen fácilmente en la adicción. Es un problema serio. Y se ha comprobado, por ejemplo, que el síndrome de abstinencia que manifiestan, es el mismo que con el alcohol y la droga...”.


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