Increíble pero cierto: un tren de Almería, lo mejor de España para The Guardian

El periódico británico homenajea a los ferrocarriles lentos españoles

Un tren en la estación intermodal de Almería.
Un tren en la estación intermodal de Almería. La Voz
Miguel Cabrera
20:59 • 03 mar. 2022

Increíble pero cierto: la ruta entre Almería y Granada ha sido distinguida por el diario británico The Guardian entre las más atractivas de España. La distinción tenía que tener truco, claro -teniendo en cuenta las innumerables limitaciones y deficiencias de las líneas ferroviarias de la provincia-, porque el artículo del escritor de viajes Tom Chesshyre trata de rendir homenaje a los ferrocarriles españoles, pero no a las líneas de alta velocidad, sino a los “trenes lentos”, desde los que se disfruta de las mejores vistas. 



Y en este apartado de trenes lentos, claro, Almería es un referente nacional que no ha escapado a la observación de este escritor especializado en viajes en ferrocarril, que ha elegido tres rutas del país que considera especialmente atractivas: la comprendida entre Almería y Granada, la de Mérida a Almadén y de Zaragoza y Huesca.



Partiendo  de estas premisas, Chesshyre elude cualquier crítica, incluso la menor ironía, respecto a la lentitud de los trenes en la provincia de Almería para centrarse en el placer del viaje a Granada, siempre y cuando el viajero no tenga ninguna prisa por llegar a su destino, puesto que, como informa, el tren emplea “casi tres horas” (son dos horas y 27 minutos, según Renfe) para un trayecto de unos 170 kilómetros.



De hecho, la única crítica que se permite el escritor respecto a Almería se refiere a la estación intermodal, que califica como “moderna y fea”, en contraste, como señala, con “una estación -la antigua- en desuso, incongruentemente gloriosa que data de 1895, con un hermoso ladrillo de estilo morisco”.



Desiertos y montañas



Almería y su provincia quedan muy bien paradas en esta crónica del viaje en tren a Granada, por mucho que pueda ser un sufrimiento para la mayoría de quienes la utilizan, y que a juicio del autor y desde un punto de vista turístico, es “uno de los paseos visualmente más cautivadores de España”.



"Almería, en el lado este de Andalucía, a menudo se pasa por alto a pesar de albergar una espléndida catedral, un antiguo castillo árabe, la Alcazaba, y el Cable Inglés”, comienza diciendo, para a continuación añadir que “aparte de estos lugares de interés, Almería también merece un desvío en una aventura en tren por la tradición local de servir tapas "gratis" con cada bebida que se pida en los bares (todavía tienes que pagar por las bebidas, obviamente)”, aclara.



Tras esta ruta gastronómica puede comprenderse quizás que el viajero inicie un tanto despistado los primeros kilómetros del viaje, puesto que describe este recorrido inicial “a través de acres de invernaderos” en una zona de la costa, añade, que  “recibe el apodo de Mar de Plástico”, por la que no circula el tren. 


Después de este pequeño lapsus, el reportero señala que “no pasa mucho tiempo antes de que te encuentres en el paisaje completamente diferente del Desierto de Tabernas, considerado por algunos como el único desierto auténtico de Europa”, que puede presenciarse en los primeros kilómetros del recorrido y donde, como explica, “se filmaron muchos de los spaghetti westerns, una tierra semiárida de barrancos, arbustos y estepas, hogar de escorpiones, serpientes y arañas en abundancia”.


En este punto, el escritor parece encontrar los momentos más placenteros de su viaje: “Desde la ventanilla del vagón, con el aire acondicionado del tren que lo mantiene fresco, es agradable e intrigante observar esta parte de Europa que no se siente como Europa en absoluto. Los cactus se alinean en las vías. Los asentamientos de madera abandonados van y vienen. El terreno polvoriento se extiende en la distancia, donde las montañas comienzan a elevarse. Estos, a la izquierda del tren, son Sierra Nevada”.


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