“Las mujeres son más valientes para buscar un compañero, los hombres no tanto“

Es la cocinera del Centro de Mayores ‘Alborán’ de Almería.

Encarni Sánchez.
Encarni Sánchez. La Voz
Fina Martín
07:00 • 09 oct. 2021

Encarni Sánchez es la cocinera del Centro de Mayores ‘Alborán’ de Almería. Es una profesional sensible que pone todo el amor del mundo en el menú.



¿Qué cocinaría con la especie ‘Aristeus Antennatus’ de la Isla de Alborán?



Hazme preguntas sencillas, yo soy una persona sencilla como los hombres y mujeres mayores que vienen aquí a comer; te aseguro que soy una buena cocinera pero no me sé los nombres científicos de los alimentos.



¿Díganos, entonces, qué cocinaría con una caja de gamba roja?



Pues, con el cuerpo de las gambas haría una paella buenísima, y guardaría 'las antenas’ por si vuelvo a quedarme sin Internet como el otro día (ríe).



¿Cómo entró a trabajar en el Centro de Mayores ‘Alborán’?



Yo trabajaba de ayudante de cocina en el Hospital Torrecárdenas y una amiga me dijo que necesitaban una cocinera en el centro ‘Alborán’ y que estaban haciendo entrevistas a cocineros. Me presenté y hablé con el responsable de la concesión quien me preguntó sobre mis conocimientos de cocina tradicional almeriense y si sabía elaborarla. Llevo aquí quince años guisando para los mayores.



¿Cuáles son esos platos?

Hacemos cocina de mercado: verduras y frutas de Almería; pescado, carne, legumbres… varios días a la semana el menú incluye un plato tradicional porque forma parte de la vida y la cultura de los usuarios: trigo, berza, cocido, acelgas esparragás, lentejas o guisillo; cocina sana con poca grasa y la sal justa; estos platos requieren un tiempo de cocción como antiguamente -yo los preparo a fuego medio- y con mucho amor porque adoro mi profesión ¡y a ellos les encantan! y yo por ellos siento mucho respeto.


¿Es fácil cocinar en ollas enormes?

Sí, utilizamos las ollas más grandes que hay en la hostelería porque no queremos dejar a nadie con hambre (ríe). Las cantidades de los ingredientes son el secreto de mi experiencia. También con la crisis sanitaria muchos profesionales buscan mis guisos y se los llevan a casa después del trabajo, o bien los comen en una zona apartada del comedor habitual reservada a los mayores. No quiero ser vanidosa pero son muchos los trabajadores de la calle que vienen a diario porque mis guisos les recuerdan a la cocina de su pueblo o a la de sus madres.


Parece usted la madre que busca el mundo.

Estos trabajadores no pueden pasar sin mí. De verdad que soy la madre, el centro de todos ellos. Los usuarios y estos trabajadores o clientes ocasionales dependen de mí al mediodía, de mis platos. 


¿Qué canción han bailado más los mayores del ‘Centro Alborán’?: ¿’Toda una vida’, de Antonio Machín, o la segunda de Mahler?

Si te digo la verdad ellos bailan todo lo que les pongas. Desde un pasodoble a una rumba y hasta David Bisbal. Puede que haya alguna pareja que baile ‘Toda una vida’, es una canción romántica y muy bonita.


¿Y cuál es su canción preferida?

’No dejes de soñar’ de Manuel Carrasco. Pienso que hay que soñar, te da felicidad. Sin ilusión, ya no vives.


Una mujer de este centro buscó pareja en el programa de Juan y Medio. 

Esta señora fue en autocar al programa de Canal Sur acompañada por un grupo de mujeres y me pidió que elaborara un postre. Le hice un bizcocho super grande que luego Juan y Medio cortó y compartió ante las cámaras con los miembros de su equipo.


¿Y esta señora encontró pareja?

No lo sé, de esto hace unos años y además no vi el programa, estaba trabajando. Las mujeres son más valientes para buscar un compañero, en cambio los hombres no tanto. Cuando el centro organiza una actividad: gimnasia, baile, cerámica… suelen participar uno o dos hombres, el resto suele quedarse sentado en la silla observando. Pero, a su manera, ellos también buscan un amor verdadero.


¿Ha reducido la pandemia la asistencia de usuarios y a sus cuidadores?

Ahora con el covid-19 vienen menos, aunque he conocido muchísimos cuidadores en estos años. Me gustaría decir que la labor de un cuidador es importantísima. Hay mayores que están muy solos, que van en silla de ruedas o son dependientes. Estas cuidadoras o cuidadores les dan de comer, se ocupan de su aseo personal y los llevan a pasear; son puntuales para traerlos a almorzar al centro. Hay que dignificar esta profesión porque, si Dios quiere, vamos a llegar a su edad y los vamos a necesitar.


¿Díganos un chiste de mayores?

En nuestro centro oí el chiste del humorista catalán Eugenio. Dice: ¿saben aquel que diu que se encuentran dos amigos y uno le dice al otro?: “Ay que ver la fortuna que hizo Henry Ford con los coches”, y el otro le contesta: “¡y su hermano Roque con los quesos!” (ríe a carcajadas).


Aquí el almuerzo sirve para mucho más que para alimentarse bien.

Les sirve para salir de su rutina, de su soledad; sus familias están en sus trabajos, los niños, las preocupaciones de sus casas… y el comedor es para los usuarios el lugar para relacionarse. Mientras comen hablan entre ellos, gastan bromas, y el camarero está pendiente de decir algo bonito que los haga sentirse bien.


Cuéntenos una anécdota.

Antes de la pandemia llegaron un grupo de padres al centro porque no había plazas de comedor en el colegio de sus hijos, que está al lado de nuestro edificio. Se reunieron con la directora del centro y le propusieron que hicieran pequeños menús con comida casera. Aquello fue un éxito y para mí era una alegría ver a niñas y niños de seis y siete años comer guisos de cuchara, ¡y repetir! (ríe).


15 años en la cocina del 'Alborán'. En el cupón de la ONCE es "la niña bonita", y la actitud de una niña le dejó un recuerdo inolvidable.

Esto me pasó antes del estado de alarma. El menú eran macarrones con tomate y en una mesa comían una niña de 9 años y su abuela. La nieta pidió al camarero que felicitara a la cocinera, el camarero me lo dijo y la saludé con la mano dándole las gracias desde la cocina. Al marcharse pasó dentro y me dijo que "nunca había comido una pasta tan rica". Aquello me hizo mucha ilusión porque este trabajo no es visible, pero estamos ahí, yo y también muchas compañeras y compañeros de otros centros de la provincia de Almería. ¿A quién no le gusta que lo feliciten por su labor, aunque sea su obligación?


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