Un bar en el templo de Ulpiano

Una nueva milla de oro de la hostelería está a punto de nacer

El joven empresario almeriense Pablo López Egea está detrás del proyecto del bar El Tomate.
El joven empresario almeriense Pablo López Egea está detrás del proyecto del bar El Tomate. La Voz
Eduardo de Vicente
07:00 • 27 jun. 2021

A la Plaza de Abastos y a su entorno le va a cambiar la vida. Todos tenemos grabada la vieja imagen de la vida desatada de la zona desde al amanecer hasta que cerraban los puestos a primera hora de la tarde, y de la soledad que llenaba el lugar cuando el Mercado Central echaba el cierre. Durante décadas hemos visto languidecer la circunvalación, que ha ido sobreviviendo gracias a unos pocos comercios que han resistido toda clase de crisis y el apagón de las tardes.



A partir de ahora el entorno de la Plaza cambia de rumbo gracias a la incorporación del sector hostelero, que lo hace de forma masiva, en un movimiento de reconquista sin precedentes. Al margen de los establecimientos que se van a instalar en el interior del Mercado,  cuatro nuevos bares están ultimando las obras para abrir sus puertas este mismo verano alrededor del viejo mercado municipal que se va convertir en una nueva milla de oro de la tapa a la altura de las manzanas de Correos y de Casa Puga, que son las que marcan la tendencia actualmente.



Esta eclosión de bares es una respuesta a lo que demanda la población. Manda el tiempo libre, el ocio, y se imponen los negocios de hostelería que son los únicos que pueden animar la decaída actividad comercial del centro de la ciudad. Tal y como está el panorama la única posibilidad de triunfar en el centro, si la epidemia lo permite, es poniendo un bar y de ahí la iniciativa de los empresarios que van a poner en marcha próximamente los bares Santa Madona, La Consentida, Camerino y el Tomate, rodeando la circunvalación de la Plaza.



Uno de ellos, el Tomate, va a ocupar un edificio lleno de historia, la antigua casa del apoderado taurino Ulpiano Díaz, que hasta hace un año estuvo ocupada por el Spar de Manolo. Uno de los padres de este proyecto es el joven empresario Pablo López Egea, que quiere abrir las puertas para los primeros días del mes de julio, después de varios meses de intensos trabajos que han servido para rescatar algunos elementos básicos del antiguo edificio. 



El bar ha recuperado los viejos arcos de piedra, tan antiguos como la propia casa, donde seguramente se guardaban las caballerías. Se ha puesto en valor el espléndido techo formado por vigas de madera, convenientemente reforzadas y la piedra de las paredes. La casa de Ulpiano Díaz, que ocupaba el piso alto del edificio, se ha restaurado completamente y se  abrirá al público como un reservado donde poder celebrar reuniones que busquen un poco más de intimidad. 



Los cuatro bares que están a punto de cambiar la vida de la circunvalación del Mercado Central responderán a esa nueva imagen de bar moderno que está de moda, donde el escenario tiene tanta importancia como la calidad de los productos. Son más lugares de reunión, que típicos negocios de tapeo.





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