“Desde el miedo no se puede aprender, el espacio educativo debe ser relajado”

Marta y Raúl García y Helena Martínez son los fundadores de 'Tierra Active School’ es el primer centro bilingüe al aire libre de Almería para niños.

Los padres quieren lo mejor para sus hijos. ¿Qué ofrece ‘Tierra Active School’?

Marta. La escuela ofrece volver a conectarnos con nuestra naturaleza. He conocido proyectos rurales por el mundo donde los niños transmiten y viven con felicidad. Cuando fui madre quise cumplir mi sueño profesional que era la enseñanza. Así, hemos creado en Pechina un oasis natural, con diversidad en el aprendizaje y una educación bilingüe. Raúl y yo somos los gestores y Helena es la coordinadora pedagógica.

¿Cuál va a ser el programa educativo?

Helena. Se basa en pedagogías activas y respetuosas que nacen en el siglo XX, desarrolladas por reconocidos pedagogos. Hacemos hincapié en la educación integral que trata de educar mente, cuerpo y emociones. Todo en contacto con la naturaleza y la educación medioambiental.

¿Cómo están repartidos los espacios y ambientes educativos?

M. Los ambientes educativos se ubican en yurtas y casas de madera. Por un lado está el espacio de Infantil con la casa-refugio, donde desarrollan aprendizajes estructurados, y luego en el exterior están el huerto, el bosque, el arenero, el estanque y el gallinero. En Primaria hay tres yurtas. Para un espacio multiusos y asambleario, humanidades, lengua, inglés, historia, geografía, biblioteca y ciencias naturales y experimentales. La casa de psicomotricidad y música o la zona de talleres, zona de escalada y movimiento, y cocina comedor. Otro espacio importante es el Atelier para talleres artísticos y creativos.

¿Cómo influye una educación al aire libre?

M. ‘Tierra Active School’ es la primera Escuela Activa Internacional Bilingüe en Almería, en contacto con la naturaleza, desde los 3 a los 12 años. Aquí experimentan de manera directa con el medio natural una conciencia medioambiental, fomentando valores hacia uno mismo y hacia los demás seres vivos. Todos los alumnos cuentan con una profesora nativa durante la jornada.

¿Cuáles son las materias de aprendizaje?

H. Lenguaje, lógico-matemáticas, ciencias naturales, conocimiento del medio. Hacemos hincapié en áreas creativas y en el trabajo del cuerpo y del movimiento con psicomotricidad, deporte; etc. Resaltaría que las familias se van a encontrar con una escuela activa muy diferente al modelo educativo tradicional. El alumnado se va a desarrollar como un ser humano más completo en esta relación con la naturaleza. A edades tan tempranas la relación con el medio ambiente y la naturaleza es esencial. Pero niñas y niños también necesitan de la riqueza cultural que ofrecen los núcleos urbanos, una cosa no desvincula de la otra.

Este verano están realizando actividades para dar a conocer el centro.

M. En julio realizaremos un festival de música y actividades para dar a conocer nuestras instalaciones, ubicadas junto al Pabellón Polideportivo de Pechina, con quien mantenemos un acuerdo de uso para el alumnado.

¿Qué lugar ocupan las nuevas tecnologías en la educación al aire libre?

H. En Infantil no creemos necesario el uso de las tecnologías, y en Primaria tienen su lugar argumentado, como grabar cortometrajes, editarlos luego en el ordenador; que manejen las tecnologías a través del pensamiento crítico. La tecnología es un apoyo para el aprendizaje pero no puede ser un todo. Los niños necesitan moverse y experimentar a través de actividades.

¿Cuándo comienza el periodo de matriculación?

M. Ya está abierto. Arrancamos en septiembre. Pueden visitar nuestra web ‘tierraactiveschool. com’. Ofrecemos a las familias la posibilidad de visitar nuestro centro, probar qué sensaciones les transmite e informales en persona del proyecto.

Marta, ¿cómo era el colegio de su infancia? 

Vengo de un colegio tradicional puro y duro. Recuerdo una escena que me marcó. Yo estaba en mi

pupitre bastante aburrida. La profesora me preguntó algo, empecé a sentirme súper pálida y me quedé callada. Entonces me dijo con ironía: “ Bueno, a ver si aquí al lado de la pizarra te centras un poquito”. Me castigó, y sintiéndome observada caí redonda al suelo. Creo que desde el miedo no se puede aprender. El espacio educativo debe ser un ambiente relajado y motivado donde los alumnos disfruten para que se dé el aprendizaje.

¿Cuál fue su experiencia, Helena?

Yo quiero mostrar la parte más dulce de la educación. Soy maestra de primaria y hago desde aquí una defensa de todos los docentes que hacen su trabajo como saben y pueden, pero es verdad que hay formas de educar que deben cambiar. Yo tuve dos maestras, Doña Conchita y Doña Lola que fueron fabulosas. Pudimos hacer cosas diferentes, decidir sobre aprendizajes no impuestos. A mí me gustaba dibujar y a veces no atendía en clase, y estas maestras supieron darme ese espacio en libertad.